Florinda Duarte, concejala de Carral: «Han llegado a decirme que vender fruta es rebajarme»

La vida de Florinda Duarte (Santa Comba, 1967) ha dado un giro importante. Ha dejado el gobierno local (así lo dijeron las urnas el 26 de mayo), y ha dejado el PP (se ha pasado al grupo mixto). Libertad absoluta. Seguirá en política porque es incapaz de desprenderse de la atención a los demás tras una inercia de 16 años como concejala y voluntaria de Protección Civil. Pero ahora enfatizará su nuevo papel estrenado en noviembre pasado, cuando se sacó el permiso de autónoma para atender los puestos de comestibles en las ferias junto a su pareja.

-¿Se esperaba esta derrota electoral del PP en Carral?

-Me esperaba que no íbamos a sacar mayoría, pero no bajar tanto.

-¿Cambia la vida de golpe?

-Sigo de voluntaria de la agrupación de Protección Civil, que la gente ha de saber que se traduce en 0 euros. Hay una persona que es contratada por el Ayuntamiento, pero es el único que cobra, somos unos diez en total... pero alguno aparece una hora al año.

-¿Cómo resumiría estos 16 años de teniente de alcalde?

-Ha sido una etapa de mi vida muy gratificante donde también he pasado momentos muy difíciles, evidentemente, que tú sabes [sin citarlo, se refiere al trágico Rali de Carral]. He pasado momentos muy enriquecedores, aprendí un montón con la gente, he aprendido a distinguir los verdaderos problemas de los que no lo son. Y me voy con la conciencia tranquila, de haber hecho lo que he podido y que he trabajado cobrando y sin cobrar. Durante tres años estuve con dedicación exclusiva pero sin cobrar, solo por asistencia a plenos. Tú decides trabajar para el pueblo. Sé que hicimos muchísimo trabajo, hemos cambiado el Ayuntamiento como de la noche al día.

-¿Valió la pena? ¿Los vecinos se lo reconocen?

-Yo no tenía un horario de entrada y de salida, ni tenía un sábado ni un domingo. Yo estaba siempre a disposición de los vecinos, tanto por la mañana como por la noche. Yo me siento satisfecha de lo que hice, y sé que mucha gente, de un partido u otro, me dieron a entender que valoraban mi trabajo.

-Y empezó en la venta ambulante.

-En agosto del año pasado conocí a una persona que cambió un poco mi vida. Tiene un puesto de frutería con el que hace mercados, nueces, castañas y plantas según las temporadas. Yo empecé yendo de paseo y acabas quedándote detrás del puesto. Así que me di de alta en autónomos, para no complicarme la vida. Era concejala de Comercio, debía dar ejemplo.

-Ahora toca viajar.

-Pues ya estuve en la Expo de Coruña los cinco días a finales del 2018. Ahora en los próximos días tengo Teixeiro, Sada, Arzúa... ¿Te puedo contar una cosa que me hace mucha gracia de todo esto?

-Por favor.

-Cuando empecé a vender la gente me decía «¿Pero tú como puedes estar vendiendo si eres la teniente de alcalde? Eso es rebajarte». Y yo les replicaba que vender en una feria es tan honrado como el que está trabajando en una oficina o limpiando escaleras. Luego había quien me decía «Así que sobresueldo», pues no, lo que estoy haciendo es trabajar y cotizar para que los pensionistas tengan una pensión más digna. La vida es eso, es trabajar, en una cosa u otra, pero intentar salir adelante con tus propios medios.

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