Carral confía en que la Sareb logre colocar en el mercado los pisos vacíos

JUAN TORREIRO CARRAL / LA VOZ

CARRAL

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El alcalde anuncia que el banco malo está a punto de sacar a la venta 54 viviendas

08 feb 2018 . Actualizado a las 11:34 h.

Profundizar en el problema urbanístico del Concello de Carral provocado por el estallido de la burbuja inmobiliaria, que propició la acumulación de una bolsa de suelo con gran cantidad de pisos inacabados o vacíos, supone toparse con una realidad compleja que se ramifica entre los distintos sectores del Concello. Desde los vecinos afectados por la huida de las promotoras, que han perdido su dinero y el piso; los comerciantes, molestos por «la mala imagen» que ofrecen todas estas construcciones para generar nuevas iniciativas inversoras, y los políticos, que no se ponen de acuerdo para buscar soluciones a esta situación.

El alcalde de Carral, el popular José Luis Fernández Mouriño, no está de acuerdo con el número dado de pisos vacíos (más de 600): «Esa cifra no es real», señala. «Hablamos de pisos que están sin terminar y ahora mismo en Carral hay poco más de 200 viviendas; 114 en una promoción, 18 en otra, y 54 que están en vías de solución». El regidor es consciente de la dificultad para buscar salidas a esta situación, «tenemos que prorrogar las licencias porque la ley obliga a derribar tras cuatro años sin finalizar el edificio, y eso sí que metería en un problema económico al Concello porque tendría que asumir el coste de los derribos». Es partidario de sacar adelante estos pisos, sobre todo ahora que «tenemos un interlocutor en el Sareb para la situación de Carral». 

Salida a los pisos

Según el alcalde, con la ayuda del banco malo, el Concello está intentando dar salida a estas viviendas inacabadas, «de hecho están a punto de sacar a la venta 54 en la promoción de Alto do Castro, de las que están pendientes muchos vecinos». Mouriño cree que «existe una demanda real para vivir en Carral, de hecho creció el número de alquileres, que a mi modo de ver son muy altos, entre 300 y 400 euros». José Luis Mouriño asegura que Carral está en condiciones de acoger más residentes, porque a pesar del problema inmobiliario, «durante estos últimos años logramos que el Concello tenga todos los servicios básicos para poder vivir aquí». 

«Perdí un terreno y el piso cuando solo faltaba la división horizontal»

El drama es evidente cuando habla alguno de los afectados. Tras cinco años tropezando con la realidad de estos edificios, muchos de ellos hablan de tirar la toalla porque «non sei como se pode solucionar isto. Non quero seguir perdendo cartos en avogados», comenta uno de ellos. No es el caso de C. F. B., una vecina que intenta recuperar «algo de lo perdido». Esta afectada comenta que en su caso se inclinó por una permuta; cedió un terreno por una vivienda en la primera fase de Méndez Búa. «Perdí el terreno y me quedé sin piso cuando estaba casi terminado, solo faltaba la división horizontal para obtener la licencia de ocupación», explica. «No entiendo cómo los promotores pudieron dejarnos así, incluso había elegido muebles», añade. C. F. B. recuerda que cuando se enteraron de lo que ocurría, trataron de crear una plataforma para reivindicar sus derechos, «pero no funcionó porque había vecinos que solo buscaban una solución individual y no de conjunto».