
El programa margina a vecinos de aceras que se delimitan fuera del Casco Vello
25 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Apenas tres metros son suficientes para que los vecinos de una decena de calles tengan que pagar de su bolsillo la limpieza de las pintadas de sus edificios, mientras ven cómo le sale gratis a los de enfrente. Es lo que sucede con el plan de limpieza de fachadas promovido por el consorcio del Casco Vello. Desde su puesta en marcha en el 2008 ha contado con gran aceptación, como demuestran las más de 1.800 intervenciones en las que se han invertido cerca de 200.000 euros.
El programa solo incluye el barrio antiguo y se da la curiosa cirscunstancia de que hay una serie de calles en las que un lado pertenece a ese ámbito y el otro no. Es el caso de Carral, donde los vecinos de los números pares tienen que contratar por su cuenta a una empresa para eliminar los garabatos de las fachadas. A los residentes en las viviendas impares les sale gratis por estar incluido ese margen en el Casco Vello.
Comerciantes de la zona proponen que se incluyan las dos aceras del vial al entender que la situación es cuando menos pintoresca. Máxime, añaden, en una calle tan castigada por el abandono y cierre de locales y por la rotura de cristales de escaparates provocado por las piedras que decoran la base de los árboles.
El de Carral no es el único caso, aunque sí uno de los más flagrantes debido a la densidad de edificios particulares afectados. En la misma situación se encuentran Falperra, Cachamuíña, Segunda República, Cánovas de Castillo, Paseo de Granada, Blein Budiño, Celso Emilio Ferreiro, Llorente, Gaiteiro Portela, Ronda de Don Bosco y Torrecedeira, algunas de ellas en pequeños tramos.
Se da la circunstancia de viales como Cánovas del Castillo en el que el lado de la calle no incluido en el plan de limpieza carece de inmuebles particulares y además es zona portuaria, por lo que la repercusión es menor. Algo similar ocurre en Blein Budiño, al limitar uno de los lados de la calle con el monte de O Castro.
El programa del consorcio tiene como objetivo ofrecer la mejor cara del Casco Vello con la eliminación de pintadas y restos de cartelería, la mayoría plasmadas sobre piedra y en menor medida en metal y madera. Para acceder al servicio basta con ponerse en contacto con la oficina del consorcio, en el número 7 de la Plaza de la Princesa o en el 986 442 638. La limpieza corre a cargo de una empresa especializada. No solo elimina restos de la superficie, sino que, una vez limpia, la protege contra futuras pintadas para evitar que se repitan con la misma facilidad.
Caen las agresiones en los edificios públicos, pese a las 200 actuaciones en solo un año
Los edificios públicos no se libran de las pintadas. Es más, a menudo suelen ser el blanco de los vándalos amigos de perpetuar su impronta.
Al margen del programa del consorcio del Casco Vello, desarrollado por una empresa contratada en exclusiva para este fin, la concesionaria del servicio municipal de limpieza se encarga del mantenimiento del patrimonio público. Pese a que las agresiones a este tipo de inmuebles han descendido de forma considerable, todavía son significativas. Lo indican las doscientas actuaciones efectuadas por el personal de FCC a lo largo del pasado año.
Plazas como las de A Pedra, A Estrela, Constitución y O Berbés son algunos de los espacios favoritos para grabar todo tipo de dibujos y escritos. Tampoco pasan desapercibidas escaleras como las de la estación de ría, Teófilo Llorente, A Pedra y otras muchas. En general, las construcciones afectadas suelen estar situadas en espacios recónditos o en aquellos en los que se celebran botellones.
Para la limpieza se utilizan productos que protegen la superficie de futuras agresiones. De esta forma, en caso de que se repitan las pintadas, su eliminación resultaría mucho más sencilla y menos dañina.
En los espacios protegidos se llega incluso a analizar el tipo de material para aplicarle una sustancia específica.
Se trata de evitar perjuicios irreparables por una mala práctica. El tratamiento inadecuado aplicado años atrás por parte de algunas empresas provocó daños irreparables en fachadas como sucedió en la colegiata del Casco Vello.