Hay trasnos en los recuerdos de Lola

Toni Silva CAMBRE / LA VOZ

CAMBRE

MARCOS MÍGUEZ

El Concello de Cambre entrevista a los vecinos más veteranos para rescatar los cuentos míticos y las tradiciones orales

11 mar 2023 . Actualizado a las 22:38 h.

Hubo un tiempo en que unos zapatos nuevos convulsionaban el corazón de una niña. Tiempos de aldeas habitadas, trabajos en comunidad marcados por las estaciones y en los que se cantaban canciones populares, se contaban los cuentos de moda o las últimas falcatruadas de seres mitológicos.

—Lola, cóntanos algunha dos trasnos.

—O meu pai viña de noite por un camiño que cruzaba unha ponte pequena e viu a un bebé espido moi fermoso. Preguntoulle se tiña frío. Non contestou. Cando o pai retomou o camiño o bebé tirouse ao río e salpicouno todo. Así nolo contou. Era o trasno.

Lola Iglesias es una vecina de Andeiro de 80 años. Con ella y otras tantas de su generación y de diferentes parroquias, el Ayuntamiento de Cambre está haciendo una prolija recopilación de testimonios para recuperar la tradición oral vinculada a esta zona de la comarca. Leticia Couto, animadora cultural del Concello, es la encargada de realizar y grabar las entrevistas, que posteriormente formarán parte de una edición especial. Trabaja en coordinación con el concejal de Turismo e Patrimonio, Ramón Boga.

Se trata de dejar guardados para la posteridad valiosísimos recuerdos que forman parte de la herencia inmaterial de varias generaciones y poder transmitir hechos y valores de las décadas centrales del siglo XX.

En la conversación con Lola afloran rápidamente los recuerdos del día de su primera comunión en el pazo de Andeiro, donde hoy sobrevive una torre ruinosa. Recuerda la figura de Lolita Díaz Valiño, tía de Isaac Díaz Pardo, como responsable de su preparación religiosa, de cómo organizaron ella y su hermana, desde el pazo hasta la iglesia, un desfile de los 15 niños de edad variada que ese día se estrenaban ante la sagrada forma. Pero tampoco olvida una sorpresa al regreso a la torre con regalos, chocolates y chucherías.

Pero este tipo de testimonios, que ya han sido recogidos por el Concello en proyectos anteriores, no son ahora el objetivo principal. «O que recompilamos polas parroquias é a memoria etnográfica e o outro lado mítico, todos ese seres imaxinarios que vivían nas aldeas, como os trasnos, os mouros, o chupacabras…», relata el concejal Ramón Boga, experto en esta materia. «Para nós é a historia verdadeira, unha historia que reflicte as preocupacións que tiña a sociedade tradicional a través destes personaxes. En Santa María de Vigo a toponimia está vinculadas aos mouros, por exemplo», añade.

Leticia filtra sus interlocutores a través de las asociaciones locales. Asegura que en algunas entrevistas se encuentra con auténticos tesoros, «coma o do castro de San Lorenzo, onde me falaron dunha grande cadea de ouro». Durante la conversación, Lola hace cálculos de cuándo llegó la luz a su casa. Concluye que en el 1950, con motivo de la boda de su hermana, un punto luminoso que siguió alumbrando su casas tres meses más gracias al favor de un vecino de Tabeaio. También recuerda los paseos de una hora en zapatillas a las ferias de Cambre o Carral para, una vez allí, ponerse los zapatos de tacón.

Pero concluye con otra de esas historias extrañas, esta vivida por su madrina: «Na casa sentían traballar de noite o sarillo (una pieza del telar para hacer madejas de lino), cando estaban todas na cama. Entón puxeron unha cunca de trigo enriba do sarillo, e caeu. Fora o trasno e a madriña mandoullo recoller todo o trigo. Entón oían como o trasno choraba mentres contaba un, dous… un, dous… porque din que os trasnos teñen as mans furadas, así que non podía recoller o trigo».