Aseguran que durante los fines de semana, los agentes municipales «acuden a la hora del cierre para ver que se cumpla el horario y evitar que la gente se arremoline». Respecto al ruido del interior, el Concello «no ha percibido ninguna ilegalidad», pero añaden que si un denunciante demuestra, por mediciones profesionales, que el ruido es excesivo «el Concello cerrará el local como hizo anteriormente con otros dos negocios». Los propietarios del inmueble (no los gestores del pub) remitieron un burofax a los vecinos para realizar una prueba de ruidos, pero nadie le ha respondido. Los residentes sí lo hicieron a La Voz: «Es el Concello y no el dueño del local quien tiene que realizar la mediciones». «Pero que no se desvirtúen los argumentos, esto es un problema urbanístico», insisten.