Javier García: «Fernando II dotó a Bribes de independencia jurídica»

Toni Silva A CORUÑA

CAMBRE

CESAR QUIAN

Con su trabajo de investigación, este historiador pone el foco en un monasterio emblemático en la comarca

11 mar 2020 . Actualizado a las 11:31 h.

Pocos monasterios hay tan populares en la comarca como el de Bribes, en el municipio de Cambre. Dos datos hay de conocimiento común sobre este viejo inmueble: su estado ruinoso y el belén viviente que acoge como escenario cada Navidad. Pero un oriundo de esta lugar, Javier García Gómez (Cambre, 1968), graduado en Geografía e Historia, y funcionario municipal, ha buceado en la historia del monasterio a través de la documentación primigenia. Aún no ha terminado, pero sus primeras conclusiones son interesantes.

-Es el primer trabajo sobre Bribes en profundidad. ¿Por qué se interesó por su historia?

-Sobre el monasterio que hubo en Cambre ya hay varias publicaciones hechas. Mi madre es de Bribes, yo me casé en Bribes, estoy muy vinculado a la parroquia. Y vi que no había documentación sobre este monasterio. Hace poco se intentó restaurar, se le cambió la cubierta, y se está intentando dar un empuje, una salida…

-Son parches continuos.

-Porque no lo dotan de ninguna actividad, es un edificio vacío.

-Y del que solo se habla en Navidades.

-El belén viviente y poco más.

-¿A qué tipo de archivos y documentos recurrió?

-Pues buscando por las referencias, las pocas que había, buceé en los archivos, y luego el del documento original, las fuentes primarias que, como decimos los investigadores, son la parte fundamental de cualquier estudio de este tipo.

-Ya ha salido en la revista Nalgures.

-Va por el tomo XV, es anual. Está en todos los archivos y bibliotecas. Yo ya he publicado en esta revista sobre historia y heráldica, y luego también alguna cosa extraña, algún verso suelto de otras cosas.

-Por favor, no nos deje así.

-[Ríe] Pues mira, un cancioneiro tradicional de Cambre, tiene un prólogo histórico y contiene estrofas y canciones tradicionales. Lo hice en colaboración con la asociación de empresarios de Cambre hace ya unos años, y se sale de los temas convencionales de la historia.

-¿Qué es lo más valioso de su estudio del monasterio de Bribes?

-Conseguir sacar a la luz cosas que no se sabían. Por ejemplo, para mí el documento más importante es el de 1186 por el cual Fernando II concede el coto jurisdiccional a Bribes, al monasterio y la cota de la actual parroquia. Eso es lo que le da la independencia jurídica, para cobro de rentas, justicia, normas… era un coto independiente del poder real de esa época. Los monarcas pagaban favores y concedían privilegios, y a Bribes les concedieron este. El monasterio era un poder noble en manos de un abad. Eso fue así en la Edad Media, pero el trabajo evoluciona hasta 1496, cuando los Reyes Católicos organizan el estado y suprimen monasterios. Desde entonces, Bribes pasa a depender de San Martiño Pinario de Santiago. Es un proceso de modernización en el sistema, el monasterio de Bribes pierde esa independencia pero no desaparece como sí le ocurre a otros.

-¿Cuándo empieza a decaer? ¿Hay que esperar a Mendizábal o comenzó antes su degradación?

-Bribes era muy pequeño, tres o cuatro frailes que vivían de la agricultura. Decayó con Mendizábal, en el siglo XIX, y ahí se acabó todo, pero creo que ya poco tenía.

-¿Habrá una segunda parte?

-Y una tercera quizá. Hay unas limitaciones. Entramos en la época a partir de 1500 y la documentación se multiplica.

-Dentro de las posibilidades reales y evitando utopías, ¿en qué le gustaría ver transformado el monasterio?

-Bien restaurado y con el río que tiene al lado, en algo proyectado al turismo, pero no un restaurante sino algo como una casa rural amplia que permita actividades de ocio (caballos, bicicletas…) y que pudiera estar abierto al pueblo.