«Luna» ya tiene nombre y familia

Elena Silveira
elena silveira SOBRADO DOS MONXES / LA VOZ

CAMBRE

Sandra Alonso

La perra abandonada en Sobrado ha sido adoptada por unos vecinos de Cambre

13 oct 2016 . Actualizado a las 19:30 h.

«Yo creo que le caí bien. Hubo feeling». Cristina Calvo es la nueva dueña de Luna, la perra que la semana pasada fue rescatada en Sobrado dos Monxes después de que un caminante la encontrara en muy mal estado y abandonada, sin comida ni bebida, en su propia casa. «Le vamos a dar la vida que se merece. Necesita mucho cariño», explica su nueva dueña.

 Cristina se enteró de la historia de la perra a través del periódico. La foto le impactó, ya que se parecía mucho a una mascota suya que se murió hace tan solo dos meses como consecuencia de una pelea con otro perro. «No quería sustituirla. No tenía pensado... Pero vi la foto y como era casi igual a la mía cogí el teléfono y llamé. Al principio pensaban que era un cachorro, pero enseguida me confirmaron que tenía, en realidad, 14 años y que su estado de salud no era muy bueno. Pero nos da igual. Que en la vida que le quede por lo menos sea feliz», explica Cristina.

María Mato, de la protectora Apaca, explica que el proceso para adoptar a Luna fue rápido. Tras ponerle nombre, hacerle una revisión veterinaria y dar a conocer el caso, la entidad tubo varias llamadas y algún ofrecimiento de adopción que finalmente se quedó en agua de borrajas. Como ella explica, la gente llama por impulso y después pone excusas banales para cambiar de opinión. Pero cuando lo hizo Cristina... «fue distinto». La responsable de Apaca dice que la perra se acostumbrará a su nueva familia en solo unos días. «Cuando conoció a Cristina no paraba de mover el rabo y estaba encantada de que le prestasen tanta atención. Yo creo que va a ser muy feliz». Y la nueva dueña tiene la misma sensación: «Parece buena, no creo que tengamos problema alguno». Y los problemas son varios: las dos niñas pequeñas que hay en la familia, así como los otros dos perros, dos gatos y tres cobayas que hay en su casa, situada en la parroquia de Bribes, en Cambre, muy cerquita del pantano de Cecebre. «Iremos a la playa, a dar paseos, jugará con los otros perros... Parece un animal muy tranquilo, así que se llevará bien con el resto».

 Cristina reconoce que ya tiene bastantes mascotas en casa y que no contaba con esta adopción. «Pero es un caso especial. Soy consciente de que es una perra mayor y que su estado de salud no es bueno. Soy consciente -resalta- de que en un momento dado quizás hay que hacerle la eutanasia. Pero es una perra que tuvo muchos problemas, que estuvo toda su vida atada y fue maltratada. Por lo menos que no se muera sin conocer algo más allá, que pueda ser feliz». Cristina confiesa que esta vena solidaria la llevaría a tener la casa llena de animales abandonados, «y mis hijas se traerían a todos», pero el caso de Luna es «especial, vivió una situación muy cruel». Y ayer, bañada, desparasitada y con algo más de energía, salía de Arzúa rumbo a una nueva vida.