«Fue una estupidez», asume el supuesto cabecilla de la banda que secuestró a un empresario

CAMBRE

Paco Rodríguez

Su hermano, también acusado, dijo en el juicio que participó en los hechos por miedo a este

11 feb 2016 . Actualizado a las 18:53 h.

Los ocho acusados de secuestrar a un empresario de Cambre en enero del 2014, retenerlo en un chamizo inmundo de Lalín durante seis días y pedir un rescate de 70.000 euros han roto relaciones. Ya no son aquella banda unida por vínculos familiares, integrada en su mayoría por gente del campo, que un día, según la Fiscalía -pide para ellos penas de hasta 13 años de prisión- se les ocurrió retener a un maderero de Cambre con el que años atrás habían hecho negocios porque se sentían engañados. No hicieron una a derechas. Primero, se equivocaron de hombre y terminaron secuestrando a su hermano. Y a uno se le escapó un disparo y a punto estuvo de matar al compinche. Fueron tantos sus errores, que terminaron todos detenidos por la Guardia Civil y el maderero liberado.

Se mantuvieron unidos en prisión. Hasta el miércoles, cuando el supuesto autor intelectual acusó al resto de procesados de ser ellos los que dirigieron la operación. Frente al tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial, el presunto cabecilla, Jesús Mejuto, asumió su participación, pero negó ser el autor intelectual. Reconoce que fue él quien se citó con la víctima, el maderero Abel Diéguez, en un monte de Aranga. Pero solo «para darle unas cachetadas». ¿Qué razones tenía para pegar a ese hombre? «Dos años antes, el hermano del empresario había amenazado a mi padre con matarlo después de haberle robado madera», respondió. Así que, enfurecido por aquello, «pues eso no se le hace a un hombre mayor y con cáncer», se aventuró a darle una paliza junto a su hermano José Manuel, la esposa de este y sus padres, y dos amigos. Lo hizo pese a que su hijo, que entonces tenía 18 años, le rogaba que no lo hiciera, según manifestó.

Pero al llegar al lugar de la cita, en un monte de Aranga, Jesús Mejuto, según declaró, se encontró con que el resto de participantes tenían en mente un secuestro, no una paliza. Culpó directamente a uno de sus amigos, «que ató a la víctima como a un becerro y le pegó», a su hermano y a su cuñada, «que es la más lista». También manifestó que siempre se portó bien con Abel Diéguez. Y que siguió adelante con los planes de aquellos porque «fui un estúpido».

Su hermano José Manuel no solo negó esas acusaciones, sino que aseguró que fue engañado por Jesús. Y que participó en el secuestro porque tenía miedo a que este lo matase a él y a la víctima. Llegó a manifestar que hubo momentos en que pensó en ayudar a la víctima a escapar. Y culpó a su hermano y al hijo de este de planearlo todo.

Este jueves declararán en la Audiencia Provincial de A Coruña el resto de los acusados.