Balconadas de protesta en el epicentro de la movida de Betanzos: «Baila hasta la almohada»

D. Vázquez BETANZOS / LA VOZ

BETANZOS

ANGEL MANSO

Los vecinos cargan contra los negocios de ocio nocturno y el Concello por el ruido y la suciedad

08 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«S.O.S. necesitamos descansar», es la voz de auxilio que lanzan desde la asociación vecinal Rosalía de Castro, epicentro de la movida en Betanzos, debido a que en un tramo de 80 metros se concentran cinco establecimiento de ocio nocturno que les generan múltiples problemas. Para dar visibilidad a su desazón han emprendido una campaña de balconadas reivindicativas en las que cargan directamente contra el Concello, al que acusan de no atajar el problema, que no es nuevo, pero que aseguran que se ha recrudecido.

«En el asfalto aún se ve la goma del derrape de coches que hicieron este sábado a las 6.30 de la mañana», explica Begoña Torres, que habla de auténticas carreras de vehículos asociadas a los clientes de los locales.

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Los vecinos denuncian la «inacción» del Concello «ante todas las irregularidades que se vienen produciendo» en la zona de la movida nocturna, ya que recuerdan que hace un año trasladaron a la alcaldesa, María Barral, los problemas, entre los que citan además de los ruidos, la permisividad del botellón e incumplimientos de horarios. Afirman que hubo un compromiso para atajar estos incidentes, pero dicen que solo se ha realizado «un control de la Guardia Civil con la Policía Local en la discoteca Iris, y la instalación de unas bandas sonoras en la calle».

«Yo vivo en un quinto y oigo el ruido», explica Carmen Pizarro y asegura que el problema no se ciñe a los locales, sino que tienen que soportar orines junto a los garajes y suciedad. Un hecho que corrobora José Crespo, otro residente de la zona, que opta por echar un repelente en las puertas del párking para que «rebote e lles molle os pantalóns» a los que las usan de baño. «Durmo para atrás e non escoito o ruído, pero para adianta escóitase moitísimo», puntualiza.

Ana Trigo relata que a veces con la música de uno de los locales «baila hasta la almohada», porque no mantienen las dos puertas cerradas y reconoce que es muy molesto que la gente se quede en la calle fuera de los establecimientos. «En verano no puedes estar con las ventanas bajadas y con ellas abiertas es impensable dormir», apunta.

Amelia Naya, por su parte, comenta que el compromiso municipal fue poner cámaras, realizar mediciones y controlar los locales, pero «non fixeron nada diso». Asegura que solo hubo una medición en el local Neón por parte del Concello, pero desconocen el resultado. Los vecinos han optado por pagar una propia, en la que se certifica que excede los límites. Sin embargo, Patricia Roel, que lleva un año como gerente del Neón, asegura que cumple el horario y las exigencias acústicas, y también esgrime un informe de otra empresa que así lo garantiza. Acompañada de un abogado del despacho Urbanismo del Norte, explicaron este miércoles por la mañana que están estudiando denunciar a una vecina que los señala como incumplidores en una pancarta situada en una planta superior. «É impensable que cumpra a normativa co que se escoita, porque se estivese insonorizado non escoitaría a música no segundo do edificio do lado. Eu ás veces marcho para a sala para non escoitar, pero non sei como fan os que están xusto por riba para durmir, é imposible», apostilla María José Vázquez, una residente en la zona. A la concentración vecinal realizada este miércoles también asistió con su abuela Sofía, una niña de 11 años que secunda que «se escucha todo» encima del Neón.

Desde el consistorio, el concejal Diego Fernández puntualiza que el único control que vale es el del Concello, que el estudio acústico se ha entregado a los servicios técnicos y afirma que ya han reforzado la vigilancia y la limpieza en la zona. También explica que hay un proyecto de mejora de la seguridad pendiente de licitarse.