Las cinco mejores mir de Pediatría de Galicia eligen el materno de A Coruña

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

BETANZOS

Las médicas residentes que acaban de incorporarse al materno del Chuac para especializarse como pediatras son Marta Cachaldora Losada, Julia García Paz, Patricia Suso Sánchez, Teresa Millán Omil y Paula García Álvarez. En el centro, Alfonso Solar, vicepresidente de la comisión de docencia.
Las médicas residentes que acaban de incorporarse al materno del Chuac para especializarse como pediatras son Marta Cachaldora Losada, Julia García Paz, Patricia Suso Sánchez, Teresa Millán Omil y Paula García Álvarez. En el centro, Alfonso Solar, vicepresidente de la comisión de docencia. J.P.

En el Hospital Teresa Herrera se han formado ya 140 especialistas infantiles

27 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Ninguna quiere dar su puntuación en el competitivo escalafón del mir, al que este año se presentaron 11.600 médicos para 8.500 plazas. Cuanto más arriba en la lista, más posibilidades de elegir no solo a qué disciplina se dedicarán tras graduarse en Medicina y aprobar el exigente examen, sino también el centro en el que pasarán los próximos años formándose y trabajando para ser especialistas. «Suena presuntuoso», se excusan. Son Julia García Paz (de Betanzos), Teresa Millán Omil (Bueu), Paula García Álvarez (O Barco de Valdeorras), Marta Cachaldora Losada (Ourense) y Patricia Suso Sánchez ( A Coruña), las médicas con las mejores notas de entre los que se harán pediatras en Galicia. Las cinco han elegido el Hospital Teresa Herrera de A Coruña, un centro de tercer nivel y alta complejidad, para sus cuatro años de residencia. Se sumarán a los 139 que se han formado en el materno del Chuac desde 1987.

Tienen entre 24 y 26 años e inician un período de duro aprendizaje y muchas guardias que afrontan compartiendo ilusión e intereses. «Dudé entre varias especialidades, pero me incliné por Pediatría porque me gusta, es supercompleta y tiene mucha salida», comenta Julia. Hizo Medicina en Cataluña y el materno «era mi primera opción, quería volver a Galicia», explica. Con ella también estudió Paula, que dudó con Alergología. Le gustan los niños y «siempre puedo dedicarme a alergias infantiles», resuelve. Su destino preferido coincidía, A Coruña.

Tampoco Marta pensó «nunca» en irse fuera, aunque le dio «varias vueltas» a hacer Digestivo. Una vez decidida, el materno y los hospitales de Vigo y Santiago eran sus alternativas. Por el contrario, Teresa, que subraya la vertiente «humana» y las salidas laborales, sí sopesó irse fuera. «Pero me gusta mucho Galicia, soy feliz aquí, esta ciudad era la que más me llamaba por el mar y el hospital me pareció cálido».

El futuro

Coruñesa es Patricia, que sí se planteó salir de casa, pero optó por quedarse. «Me encantan de siempre los niños y aquí es donde estoy más contenta», comenta. Del materno destaca «el buen ambiente» y agradece las puertas abiertas que organizan los hospitales para facilitar la elección. Sobre el futuro, «me dejo sorprender, pero lo que más en la cabeza tengo es la atención primaria, que es la base de todo». Lo resume muy bien Teresa: «Todas queremos descubrir cada rama de la Pediatría, la hospitalaria, críticos..., pero a todas nos gusta la primaria y, probablemente, ahí acabaremos trabajando todas». Ante la falta generalizada de especialistas, el relevo —a la vista queda— está garantizado.

«Estamos orgullosos de ellas. Ojalá ellas, al acabar, se sientan orgullosas de su elección»

Las cinco médicas, como los otros 123 residentes recién llegados al Chuac, estarán apoyadas por la comisión de docencia, cuyo vicepresidente es una institución en el hospital, Alfonso Solar Boga. Desde 1997 ha sido tutor ya de 72 mir. «Son tan jóvenes... Creo que se inicia una buena etapa para ellas», opina el también pediatra y jefe de gastroenterología infantil.

«Llevo aquí 41 años y para mí ver hacia dónde ha ido el hospital y el servicio de pediatría me llena de satisfacción», resume este médico que recuerda «épocas difíciles y duras» en la docencia. Por eso, que este año se haya producido «tal demanda de calidad» debe significar «que se están haciendo cosas muy buenas», valora justo antes de apuntar que «no tenemos que sentirnos muy satisfechos, solo serenamente satisfechos, en la elección de centro hay factores que no se controlan y si el año que viene no sucede, no quiere decir que no se hagan las cosas bien».

A su juicio, el servicio de pediatría, que dirige Jerónimo Pardo, tiene una responsabilidad «importante» en la atracción de internos, unido al trabajo e implicación «impresionante» del equipo de docencia con Vázquez Barro a la cabeza. Aplaude la puesta en marcha del curso pregrado: «Éramos un hospital desconocido, el curso de sexto de Medicina ha sido definitivo para que la gente que va a hacer el mir sepa qué se hace aquí», resume sobre el hospital y los centros de salud. «Si nos olvidamos de la labor de los pediatras de primaria seríamos injustos», subraya.

Apoyado por las tutoras Raquel Díaz y Ana Alas —«ellas hacen todo el trabajo desagradecido y yo me llevo los méritos que no merezco por una labor ímproba y callada pero fundamental», dice— Solar bromea con que «la gente me pone muy difícil ser un frustrado, todo el mundo me ayuda, ningún compañero me dice que no a nada, y eso implica también calidad para los residentes».

Además de la posibilidad de rotar en hospitales de «cualquier lugar de España y Europa», para los mir se prepara un programa formativo que no solo persigue que adquieran competencias. «Si solo nos quedamos en eso, no haremos bien nuestro trabajo, nuestra obsesión es que cuando empiecen su vida laboral lejos de aquí, dominen las técnicas, pero sobre todo que no olviden el trato humano con el enfermo».

Una vez se pongan la bata blanca, las cinco jóvenes médicas «van a tener el poder de decirle a unos padres qué es lo más importante para sus hijos; es un lujo que no deben desaprovechar y han de valorar, tienen detrás a todo el hospital», razona Solar confiado en que la residencia será toda una experiencia para las nuevas mir. «Nos sentimos orgullosos de ellas. Ojalá ellas, al acabar, se sientan orgullosas de la elección que han hecho. Significará que lo hemos hecho bien».