«No Vales había moito traballo: 1.816 alumnos, 84 profesores e sen ordenador»

D. Vázquez BETANZOS / LA VOZ

BETANZOS

CESAR QUIAN

La memoria docente del colegio de Betanzos se reunió por el 50.º aniversario

09 dic 2022 . Actualizado a las 20:10 h.

Memoria y futuro se unieron este viernes en las aulas del colegio Francisco Vales Villamarín de Betanzos. Recuerdos de profesores jubilados que confrontaron un pasado analógico con aulas con ordenadores portátiles, herramienta imprescindible para las nuevas generaciones. Una gran pancarta del 50.º aniversario del centro, diseñada por el ilustrador y exalumno Xosé Tomás, recibió a la treintena de antiguos docentes que pasaron por sus aulas, que participaron en una emotiva jornada de confraternización y de la que salieron con una chapa conmemorativa del medio siglo de vida de un colegio, cuyo logo también se trasladó a una tarta con la que les obsequiaron.

Una de las que participaron en este acto fue Elvira Barge, con 80 años, que se jubiló hace 21, tras pasar «22 ou 23 no Vales». Explica que daba clase a estudiantes de la actual ESO y reconoce que su máxima satisfacción es que antiguos alumnos, de los que habla con cariño por la buena relación que les unía, la sigan saludando por la calle.

Manuel Agraso, que tiene 76 años, pasó 22 dando clases allí. «Había moito traballo, estiven de secretario con 1.816 alumnos, 84 profesores, sen persoal administrativo e sen ordenador, só facer o censo de pais era unha comedia», reconoce un docente que impartía clase de Lingua Galega en la segunda etapa de EGB.

Elba Freire, de 73 años, llegó al Vales en 1984 y allí se retiró. «Viña de Barcelona e era unha diferenza abismal, cada curso tiña seis aulas, que se di pronto», relata, reconociendo no con poca sorna que «en xeral ben, os nenos era nenos, e os pais... pais».

Francisco López, con 73 años, explica que su primer destino como maestro fue el Vales y tras irse unos años al País Vasco volvió de nuevo y estuvo allí otros 18. «Fun director seis ou sete anos, este é un colexio moi grande e, por exemplo, no 1975, había 44 alumnos por aula», remarca un docente que, aunque dio Lengua Castellana y en primaria, sus compañeros lo recuerdan como «el profesor emérito de Música».

Mariluz Delgado, de 68 años, resume con un «estiven media vida» sus 15 años en el centro, que recuerda como su mejor etapa como docente. «Facíamolo todo en común, tiven a sorte de traballar cun grupo de profesores que me animaron a probar novas cousas», analiza.

Pilar Morandeira, con 66 años, se jubiló hace uno en el Neira Cruz de Perillo, pero recuerda como «unha loucura» los años que pasó en el centro brigantino. «Funme no curso 1996-1997, os últimos cinco anos estiven como directora, con case 2.000 alumnos e 79 profesores», remarca.

Carmen Bello, con 61 años, conoce bien el centro, allí pasó 35 años, desde 1986 al 2021. «Destacaría a diversidade que tiñamos porque era moi enriquecedora e o esforzo do profesorado para un mamotreto con moitos edificios, xa que non estabamos atendidos proporcionalmente ao volume de alumnado que tiñamos», considera.

La decana, con catarro

Hubo una ausencia sonada en el reencuentro docente, el de la decana de los profesores que allí trabajaron. Maruja Míguez, de 98 años, no pudo asistir, ya que está aquejada de un catarro. Desde su casa, comentan vía telefónica que su intención era acudir. Con buena memoria, explica que ella se trasladó al Vales Villamarín cuando se inauguró desde la escuela de Adragonte, en Paderne, al agruparse las unitarias de la zona. «Recuerdo que había muchos niños, teníamos hasta cinco aulas», cuenta, y explica que daba Matemáticas en lo que ahora sería la ESO. «Hice un cursillo y mejoré. La etapa en el Vales fue buenísima, tanto por el alumnado como por el profesorado, funcionaba muy bien», rememora, aunque insiste en que aquellos «eran otros tiempos».

CESAR QUIAN

A la búsqueda de exalumnos abuelos

Teté Espiñeira, la profesora que se ocupa de los actos de este 50.º aniversario, indica que están buscando exalumnos del centro que ya sean abuelos para que puedan contar su experiencia. Quieren acercar anécdotas de otras promociones a los actuales alumnos. Además, pretenden que antiguos alumnos les aporten material para la exposición que realizarán en primavera en el Liceo y que los profesores jubilados colaboren con la publicación de O xornaliño. Asimismo, también programarán charlas centradas en la educación y un gran acto fin de curso.