A cabeza do cabalo de Betanzos queda de símbolo

Dolores Vázquez BETANZOS / LA VOZ

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Dolores Vázquez

El emblema de la Ferretería Raimundo Núñez se conservará tras su cierre

18 dic 2021 . Actualizado a las 22:00 h.

«Nuestro clan tiene más de 500 años en Betanzos», explica Ignacio Núñez en una de sus visitas este diciembre a la Ferretería Raimundo Núñez Codesal, fundada por su bisabuelo y a la que el 30 de noviembre echó oficialmente el cierre. «En San Andrés, día de feira», precisa como fecha señalada. Aún mantiene todo intacto, como si mañana fuera abrir, pero la clausura se antoja definitiva. El negocio era el segundo más antiguo de Betanzos y toda una institución. Solo le superaba en longevidad la Farmacia Couceiro, con cuyos propietarios están emparentados y del que hay constancia documental desde 1719. La ferretería, situada en la rúa do Castro, «fue un capricho abrirla en 1877», comenta Ignacio Núñez sobre un negocio que ha pasado de generación en generación y que mantiene muchas reminiscencias de antiguo.

Ignacio llevaba cinco años atendiendo en solitario el establecimiento y para explicar un árbol genealógico lleno de Raimundos, muestra la fotografía colgada en una de las paredes de sus últimos compañeros tras el mostrador: Raimundo Núñez Paz y Raimundo Núñez Faraldo. Él llegó al negocio en 1984 y se muestra orgulloso de la historia familiar en un local emblemático pese a que no tenga continuidad. Por el momento, se resiste a deshacerse del material. «Todo se venderá», augura sobre un establecimiento con más de 3.000 referencias. Pese a esa ingente cantidad afirma que era capaz de localizar todo de memoria. En cuanto a número de artículos, reconoce, que es imposible precisarlo. «Fui acabando mucho que no fui reponiendo, solo en llaves para hacer hay más de 5.000», comenta.

Eso sí, dice que lo que permanecerá será la cabeza de caballo que popularizó el negocio. «Vino de Sollingen, porque lo compró allí el bisabuelo, antes teníamos uno de cartón, pero se mojaba y había que cambiarlo cada dos años», indica. Se convirtió en el emblema de la ferretería porque vendían caballos de juguete. «La gente no sabía leer e iba por los símbolos, ‘o do cabalo na porta’ y empezó la broma hasta que se puso la cabeza y como nombre popular quedó A Cabeza de Cabalo», sentencia.

Ignacio, con el antiguo metro del negocio
Ignacio, con el antiguo metro del negocio Dolores Vázquez

La estética del negocio se mantiene. «Solo cambiamos, porque nos rompió por el medio, el mostrador y está el viejo debajo, no lo sacamos», precisa.

En la entrada, una vitrina muestra alguno de los tesoros que atesora el negocio, desde juguetes de coleccionista, una plancha de 125 watios, máquinas de cortar el pelo, plomadas antiguas o el antiguo teléfono de la ferrería, el 949. Ya no volverá a sonar.