El puente de A Castellana, donde estuvo a punto de ser atracado don Jorgito el Inglés

cirstóbal ramírez

BETANZOS

cristóbal ramírez

El río Mandeo comienza a formar ahí un cañón que irá cogiendo anchura a medida que se acerca a Betanzos

14 mar 2021 . Actualizado a las 19:40 h.

George Borrow, conocido como don Jorgito el Inglés, fue un vendedor de biblias que recorrió buena parte de Galicia en la primera mitad del siglo XIX. Y de ello dejó constancia en su magnífico libro de viajes La Biblia en España.

Y George Borrow conoció el golfo Ártabro a pie, a caballo y en barco. Es muy generoso en la descripción de A Coruña y hace una amplia cita a Ferrol y Betanzos, pero racanea más a la hora de hablar del resto del territorio. Es posible recuperar el itinerario que siguió y hacer una excursión por lugares con muy poca gente, que es lo que se impone hoy en día. Llegó a la retaguardia del golfo Ártabro procedente de Lugo, y la primera cita es para describir un gran susto. Seguía la hoy nacional VI y entró en el puente de A Castellana, que él denomina Castellanos, «un sitio notorio por los robos y asesinatos». Y allí unos ladrones intentaron eso: asaltarlo y, quizás, matarlo, pero la llegada al galope del criado del inglés los puso pies en polvorosa.

Hoy el viejo puente está abandonado y lleno de vegetación. De hecho ya no pasa por ahí el tráfico, puesto que se ha construido una desviación. De manera que para ir a ese lugar hay que dejar atrás A Castellana y desviarse hacia la derecha. El puente queda como quien dice allí mismo, y lo que más va a llamar la atención es el río, allá abajo, a mucha distancia vertical. Se trata del Mandeo, una de las corrientes cuyas riberas son más espectaculares y bonitas de toda Galicia, con un cañón que por supuesto no es el Sil, pero en belleza lo iguala ya cerca de Betanzos. Por eso George Borrow dice que aquel paraje es «muy adecuado para el robo por encontrarse en el fondo de un profundo vallecito rodeado de salvajes montes desolados».

Estando en el lugar hasta dan escalofríos al seguir leyendo La Biblia en España. El párrafo merece la pena: «Solamente un cuarto de hora antes había pasado donde había tres cabezas clavadas en palos a la orilla del camino; eran la de un capitán de bandidos y dos de sus cómplices. Su guarida principal estaba en las cercanías del puente, y tenían la costumbre de lanzar los cuerpos de los asesinados al fondo de las aguas oscuras que corrían con rapidez allá abajo».

Aclaración: Don Jorgito llegó sano y salvo a Betanzos «bien entrada la tarde». Hoy el trayecto lleva menos tiempo, y uno puede descansar tomándose algo en los soportales de la plaza García Hermanos mientras, quizás, siga recordando las cabezas de los tres bandidos.

LA AVENTURA

Fotografiar el puente de A Castellana desde abajo.

LA FOTO MÁS PERSONAL

En el mismo puente.

EL DESAFÍO

Llegar hasta las aguas del río Mandeo.

EL PASADO

Toda la zona estaba infestada de bandidos, por lo que en el siglo XIX el correo de Madrid iba protegido por una veintena de soldados.