La documentación electoral, en peligro

Carmen Cotelo FIRMA INVITADA

BETANZOS

31 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el 2015 estoy investigando el comportamiento de Betanzos como espejo electoral de Galicia en los comicios autonómicos y de España en los generales, con el fin de convertirlo en una tesis doctoral en Ciencias Políticas. Al intentar acceder a las actas electorales de toda la serie autonómica, la investigación devino en una peripecia que merece una llamada de atención.

Después de llamar a muchas puertas, en el 2017 -y gracias a la información del que fuera letrado mayor del Parlamento, José Ramón Cólera Leirado-, su homólogo actual y secretario de la Xunta Electoral de Galicia, Xosé Antón Sarmiento Méndez, rescató toda la documentación del torreón del Pazo do Hórreo y la mandó digitalizar, de tal manera que no solo se facilita su consulta, sino que, probablemente, la salvó de una desaparición cierta. Pero entre dicha documentación no estaban las certificaciones de las primeras elecciones de la comunidad autónoma (1981) ni las actas CERA al completo.

Finalmente, las actas electorales de 1981 viajaron desde Madrid a Santiago. Pude servirme de ellas para la investigación y el pasado 14 de julio fue entregado todo el material a la XEG. Simbólicamente, que no estuviesen en Galicia las actas de sus primeros resultados electorales no habla a favor. Otro día me referiré al referendo del Estatuto.

Respecto a las restantes actas, se rastreó en las juntas electorales provinciales. Ningún problema en A Coruña. En Ourense no se conservan de 1981 a 1989 a causa de un vertido de fecales en el sótano («aquelo era unha escombreira», explicaron). Los funcionarios rescataron los documentos, los pusieron a secar sobre un radiador, pero se deshacían. La solución que se les ocurrió fue crear una plantilla y transcribir los datos... Ahora están buscando un acta de 1977 y no aparece.

Las juntas electorales de Lugo y Pontevedra envían su documentación a los respectivos archivos históricos provinciales. En ninguno de ellos encontraron las certificaciones electorales que se solicitaron. En el caso lucense existe un acta de transferencia de la documentación de la Junta Electoral al Archivo, de 24 de noviembre de 2008, según la cual fueron exactamente 53 cajas las que se enviaron, con una relación anexa en la que figuran las actas de escrutinio. Casi nueve años después eran malas de encontrar.

A lo único que he podido acceder -también vía Madrid- es a la base de datos electoral de residentes ausentes de 1997. Figuran 391 votos recibidos de un país que figura como Desconocido y al que se han enviado cero sobres de votación. Este estado está ubicado en la relación alfabética entre Cuba y Dinamarca. Curazao no es (hasta el 2010 no fue independiente) y no hay más opciones en el atlas, por lo que seguramente se incluyó en la relación respetando el orden del abecedario, D de desconocido.

De estos 391 sufragios, 294 corresponden a la provincia coruñesa, 29 a Lugo y 68 a Pontevedra. Según el acta electoral CERA de A Coruña, fueron computados. Cabe pensar que en la bolsa de nulos. En el caso de Lugo y Pontevedra, al no tener acceso a las actas, no se puede aclarar el destino de esos 97 votos ignotos.

A la vista de todo esto, parece sensato proponer que, sin demora, se concentre en la Xunta Electoral de Galicia la documentación histórica de las convocatorias autonómicas. Que cada provincia dé una solución distinta a la burocracia electoral no parece -a la vista está- una buena opción. Lo mismo reza para las elecciones de ámbito nacional o municipal. El Ministerio del Interior también debería tomar una decisión cuanto antes.