Dani Rodríguez: «Mi mujer me deja dormir la siesta»

Ana Iglesias Lago
Ana Iglesias LA VOZ

BETANZOS

El centrocampista betanceiro del Mallorca se concentra con música que le acerca a Galicia, su mejor terapia contra la morriña

24 dic 2019 . Actualizado a las 13:37 h.

La pelota por bandera y el sentido del humor como religión. Dani Rodríguez (Betanzos, 1988) ha pasado por todas las categorías del fútbol español. Decepciones, trabajo y sobre todo perseverancia le han llevado hasta Primera División. Donde quiere mantenerse el máximo tiempo posible.

-¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?

-Mis padres me dicen que desde que nací solo quería el balón. Paseando con ellos por Betanzos veía cómo entrenaban los niños. Yo tenía 5 años y le dije a mi padre que quería entrenar. No me dejaban porque era muy pequeño. Antiguamente se empezaba a jugar con 8 años. Mi padre fue por allí, preguntó y me dejaron entrenar a los 6. Estuve dos años solo entrenando, sin poder jugar. Era lo que me gustaba, me encantaba jugar con mis amigos. No era como ahora que están todo el día en casa. Antes teníamos la posibilidad de estar en la calle. Ese era mi día a día: jugar al fútbol.

-Su padre dice de usted que era un auténtico terremoto.

-Sí, sí, sí. Siempre estaba molestando a mis padres con la pelota. Ahora me pongo en su situación porque tengo hijos, y recuerdo cómo estaba yo, dándole a la pelota todo el día y ¡buf! Tenía que ser insoportable.

-No le ha salido ninguno así, ¿no?

-El pequeño está un poco por el camino, incluso más precoz que yo. No le da mucha bola a los juguetes, solo quiere jugar con la pelota.

-¿Cómo lleva lo de estar a punto de convertirse en padre de familia numerosa?

-Bien, bien. Tanto a mi mujer como a mí nos gustan mucho los niños. Son muy buenos y se llevan bien, que es lo importante. Estamos muy contentos. Con ganas ya de que nazca India. Va a ser la mimada de la casa.

-Ha reconocido tener problemas con el sueño.

-Sí. Hoy mismo dormí fatal. Sigo igual, en mi línea. Desde pequeño siempre dormí mal, así que hoy es un día más.

-¿Afecta eso a la vida deportiva?

-Sí que es verdad que mi mujer me permite descansar por la tarde. Me quita mucho trabajo con los niños. Me deja dormir siesta. Estoy acostumbrado a dormir 6 horas por la noche. No tengo ningún problema.

-La mejor anécdota que le haya dejado el fútbol.

-¡Uf! ¡Qué difícil escoger una! He tenido grupos buenísimos, gente súper simpática. Sobre todo la etapa en el Racing de Ferrol con Pablo Rey, Marcos Álvarez… con compañeros que nos llevábamos muy bien. Era ir a entrenarnos y estar de risas todos los días. Hoy en día, a pesar de estar en Primera División y ser fútbol profesional, en el que la gente va un poco más a su rollo, también intento estar de buen humor y de buen rollo. Anécdotas, muchísimas.

-El ascenso con el Mallorca, contra el Dépor... ¿Le dolió por su pasado o cómo lo vivió?

-Viví un play off un poco difícil a nivel anímico. En la primera ronda nos tocó el Albacete, de donde justo había salido ese año. Fue difícil afrontarlo y a la vez estaba contento porque nos salió bien. Y después con el Dépor, donde he estado once años. Para mí siempre ha sido mi casa. Era difícil porque sabía que o subíamos nosotros o ellos. Después del resultado en Riazor, a nosotros solo nos quedaba ese partido, teníamos ganas de que llegara porque queríamos remontar. La verdad, fue increíble. Poca gente esperaba lo que pasó.

-¿Soñaba con jugar en Primera División?

-Fue evolucionando un poco todo en mi vida. Cuando eres pequeño siempre sueñas con jugar en Primera. Pero cuando vas pasando etapas, momentos malos y decepcionantes y ves que estás en una categoría difícil como es la Segunda B, pues creo que tu sueño deja de ser Primera para vivir el día a día. Intentar ascender a Segunda. Ahí sí que vuelves a soñar con jugar en Primera. Para mí, ese sueño está cumplido. Me ha costado mucho, no ha sido en línea recta, sino que he tenido que dar muchísimas curvas. Aguantar muchas decepciones, gente que no confió en mí. Al final, tienes que confiar en ti mismo y rodearte de gente que te ayude.

-¿Hay algún estadio o partido que le apetezca especialmente?

-Todos. Me da igual el campo y el partido. Todos son un regalo. No solo lo estoy disfrutando, sino también aprovechando. Porque no quiero estar aquí de paso. No quiero haber llegado a Primera e irme de aquí en un año. Quiero estar el máximo tiempo posible.

-¿Cuál es el secreto de Dani Rodríguez antes de comenzar un partido?

-No sé. Yo creo que tengo una manera un poco peculiar de concentrarme. Me gusta estar de cachondeo: cantar, bailar, hacer bromas a los compañeros. Es una manera de quitar ese entumecimiento de cara a un partido que es importante.

-¿Qué canción está cantando ahora?

-Estamos cantando mucho la de El gallo sube.

-Muy gallega, ¿no?

-Sí, sí. Es muy gallega y me da un montón de energía. En el vestuario estamos a tope con esa canción.

-¿A qué dedica el tiempo libre?

-Cuando ya eres padre te dedicas a tus hijos, a tu mujer y a las actividades de ellos. A llevarlos al fútbol, a natación... Al final estoy todo el día detrás de ellos y encantado porque me hacen muy feliz.

-De las cuatro islas baleares, ¿con cuál se quedaría?

-Con Palma. Sin ninguna duda. Es la más bonita. Tiene de todo: playas increíbles, montaña… La verdad es que sorprende.

-¿Ensaimada o tortilla de Betanzos?

-Tortilla de Betanzos.

-¿Cocina algo?

-Me gusta cocinar. Se lo podría decir mi mujer. Hago los arroces muy bien. Invento bastante pero me salen muy ricos.

-Recomiéndeme una serie.

-Peaky Blinders.

-Un sueño a nivel deportivo.

-Los sueños son gratis, así que, jugar en la selección española.

-¿Navidades en Galicia?

-No, no podemos volar porque mi mujer está embarazada de más de siete meses. Siempre las pasamos allí, pero estas nos tocará estar aquí.