El viaje de los leones del Pasatiempo

Xosé Manuel Casabella A CORUÑA

BETANZOS

El académico de la Real Academia de Belas Artes Xosé Manuel Casabella López relata el traslado de las esculturas a Asturias

27 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Visitando el Santuario de Covadonga, lo primero que se encuentra el visitante, situados en la explanada de entrada al recinto, son las hermosas esculturas de dos leones tallados en mármol de Carrara. Sobre el origen y procedencia de las esculturas no hay ninguna duda, proceden del parque de Betanzos O Pasatempo como se puede comprobar por las declaraciones del transportista Manuel Moro Fernández. En sus declaraciones comenta Manuel Moro: «cogí a un par de obreros (el fallecido Serafín Vila y Narciso Cardín, cantero en activo de Les Roces) y nos plantamos allí (se refiere al Pasatempo de Betanzos) donde encontramos muchas estatuas de mármol rotas y relojes, pero todo comido por la maleza». Así de lamentable era el estado de conservación de O Pasatempo en el año 1970. Manuel Moro comentó que los leones «…en su día fueron comprados de forma legal y ya forman parte del paisaje de Covadonga».

Igual verificación sobre la procedencia de los leones la proporcionan las declaraciones de los técnicos responsables de su instalación en Covadonga, el arquitecto Javier García Lomas, y el aparejador coruñés José M. Pérez Mosquera, al comentar que las esculturas de los leones habían sido adquiridas a Juan Jesús García Iribarne, hijo del indiano y filántropo creador del parque, que accedió a venderlas por 3.000 euros en 1970.

El escritor y periodista Francisco José Rozada Martínez apunta que en 1899, los hermanos Juan y Jesús García Naveira visitaron Italia, de donde trajeron esculturas, fuentes y, sobre todo, ideas para el monumental parque. En Roma visitaron el monumento funerario realizado en mármol de Carrara por el gran escultor neoclásico Antonio Canova que, en memoria del Papa Clemente XIII, se halla en el interior de la Basílica de San Pedro. En la base del monumento figuran los dos magníficos leones, uno de ellos en actitud vigilante, mientras el otro duerme, identificados como guardianes en entradas de importantes lugares, como la puerta de Micenas. Por su belleza y cuidada labra, los dos leones debieron fascinar a los hermanos García Naveira, hasta el punto de encargar también en el mismo material, una réplica de menor tamaño para colocarlos en la entrada de O Pasatempo.

La procedencia de los leones de Covadonga, su traslado desde O Pasatempo y la desidia y abandono en que se encontraba el recinto en esos años 70 resulta patética y nos plantea la siguiente pregunta: ¿Ninguna autoridad ni institución gallega disponía de 3.000 euros para impedir su venta?

Los dos imponentes leones de mármol que dan la bienvenida a los visitante en la entrada al Real Sitio de Covadonga están más viajados de lo que pudiera pensarse. Recorrieron por mar y tierra el camino de Roma a Betanzos a finales del siglo XIX, para acabar flanqueando la entrada a los jardines de O Pasatempo. Casi ochenta años después, volvieron a desplazarse desde la ciudad gallega hasta su actual ubicación en el corazón de la montaña asturiana. Y aún podría quedarles un viaje más, el de regreso de vuelta a Betanzos si es que algún día se produce su retorno. Hubo un tímido intento de recuperar los leones para O Pasatempo por el exalcalde de Betanzos, Ramón García Vázquez, que, al parecer, no ha dado los frutos esperados, ni aún con la mediación de la Iglesia. Ahora mismo está en proceso la restauración de una parte del parque, para lo que ya se dispone de un proyecto y presupuesto para su ejecución ¿Resultará imposible el retorno de los leones a Betanzos?