Los vecinos de San Pedro denuncian el uso indebido de los aparcamientos

juan aceiro / M. M. SANTIAGO / LA VOZ

BETANZOS

PACO RODRÍGUEZ

Señalan que los turistas estacionan en zonas prohibidas o reservadas a los residentes

25 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Como es habitual, Santiago alcanza durante este mes los picos de ocupación más altos del año, con una llegada masiva de turistas y peregrinos con la que los establecimientos hosteleros de la ciudad esperan llenar hasta un 80 % de sus plazas. En el barrio de San Pedro, sin embargo, la percepción de esta afluencia entre los vecinos no es tan positiva. Y uno de los motivos es el aumento del tráfico. En este tramo, que coincide con la entrada del Camino Francés a la ciudad, opera la asociación vecinal A Xuntanza, que denuncia, entre otras cosas, la invasión de visitantes en zonas de aparcamiento reservadas a residentes y en otras en las que, sencillamente, el estacionamiento está prohibido.

Uno de los casos más críticos de este intrusismo se ve en la plaza de la rúa do Campo da Angustia. Montse Vilar, integrante de A Xuntanza, explica que está ubicación es «peonil, sen aparcadoiros, pero supoñemos que moitos dos vehículos que aparcan aí son de turistas, non de residentes». Ese tramo en concreto solo es accesible para los vehículos a través de una rampa en el cruce de Campo da Angustia con la rúa de Betanzos, una entrada en la que una señal indica claramente que no se permite el estacionamiento. Los vecinos con garajes en esta explanada pueden entrar con sus coches sin problema, siempre que los dejen a resguardo dentro de los edificios. En cambio, los visitantes «deixan fins de semana enteiros os seus vehículos nesa praza. Chegan, aparcan, sacan as súas maletas e alí poden quedar dous ou tres días», asegura Vilar, que añade que, al no haber ninguna actuación contra esos comportamientos, «se dá unha imaxe de que para os turistas hai liberdade para facer o que lles dea a gana, mentres que a nós, aos que vivimos e traballamos no barrio, nos pasa todo o contrario».

De la rúa do Rosario a Bonaval

Esta misma incidencia con los visitantes se produce justo al lado, en el tramo que va de la rúa do Rosario hasta la de Bonaval. En el margen izquierdo de ese recorrido se encuentra la Zona 3 de estacionamiento para residentes, donde ya es habitual ver cómo muchas de sus plazas acaban siendo ocupadas por vehículos ajenos al barrio. «Hai de todo, turismos, furgonetas, microbuses, pero sempre son de turistas», explica Vilar. Otros, incluso, se colocan en el lado derecho, impidiendo el paso a las líneas 9, 13 y C5 del autobús urbano que atraviesan estas calles. Montse cuenta cómo ella misma se ha tropezado de vez en cuando con este problema en el párking de residentes: «A min me pasou fai pouco que ía estacionar nese aparcadoiro e estaba meténdose un turista estranxeiro, comenteille que só era para xente de Santiago, o entendeu e, despois de desculparse, marchou. Ao principio díxome se podía quedarse aí, porque estaba aloxado nun hotel cercano».

San Pedro es una zona fácilmente reconocible por su enrevesado y antiguo callejero, lo que hace aun más difícil encontrar una solución al dilema generado entorno a los aparcamientos. Según la integrante del colectivo A Xuntanza, esto acaba deribando en que «ao final, os residentes teñamos que deixar os vehículos lonxe das nosas vivendas porque o resto das prazas que nos corresponden están ocupadas».

Dos mil multas por aparcar sin permiso en los espacios que están acotados para el uso residencial

La primera zona de aparcamiento exclusiva para residentes se ensayó en Pontepedriña hacia el 2010, durante el último gobierno bipartito. Desde entonces se fueron creando más áreas exclusivas. Las últimas se localizan en Otero Pedraio y en la almendra, ambas habilitadas en los dos últimos años. El concejal de Tráfico, Gonzalo Muíños, comenta que los controles han supuesto la imposición de dos mil multas por aparcar en estas zonas sin tarjeta. Una cifra que no considera baja y que viene a demostrar que el Concello sí realiza controles periódicos en esos espacios.

Ante las reiteradas quejas de los residentes por malos usos, Muíños asegura que los controles no han dejado realizarse. Precisa que se hacen especialmente en las calles que, por su cercanía a las áreas más visitadas por los turistas, están siendo más ocupadas sin permiso. San Pedro (zona 3), Pelamios-Vista Alegre (zona 8) y algunos espacios de Sar (zona 6) son las zonas más afectadas por el mal uso que hacen los turistas. Algo similar ocurre en Santa Marta, donde los residentes se quejan de que las personas que acuden al Hospital Clínico utilizan sin control sus plazas.

Trece zonas

Santiago cuenta con trece áreas con aparcamiento reservado exclusivamente para los residentes de las calles enmarcadas en cada zona. Para hacer uso de ellas hay que solicitar una tarjeta, gratuita, al Concello. Se concede por razón de domicilio o trabajo, pero solo una por persona y vehículo. En su origen se justificó la creación de estas zonas para favorecer el aparcamiento en aquellos barrios en los que los edificios no tenían garajes, y con el fin de favorecer que se dejara el coche en casa para impulsar el transporte público. En algunas de esas zonas hay calles en las que se permite un uso libre durante las horas diurnas y se limita a residentes por la noche. Una opción para aparcar en cualquiera de esas trece zonas es obtener la tarjeta de residente «L», que tiene un coste de 50 euros al año y que se entrega a los empadronados en Santiago o a quienes justifiquen que trabajan en la ciudad.

Las trece zonas con áreas de aparcamiento para residentes corresponden a Pontepedriña (zona 1), Vite-Guadalupe (zona 2), San Pedro (3), Almáciga (4), Ultreia (5), Sar (6), San Lourenzo (7), Pelamios-Vista Alegre (8), Santa Marta (9), Fonte do Ouro (10), San Roque (11), Otero Pedraio (12), y Cidade Histórico (13).