«He pasado aquí todos los veranos desde que nací»

Carolina Freire / S. F.

BETANZOS

03 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A Lucía le viene de familia. Sus raíces están en Galicia, y es aquí donde ha pasado sus veintidós veranos. Sus bisabuelos vivieron toda la vida en la aldea de San Xoán de Vilanova, en Perbes, y su abuela materna nació y se crio allí antes de mudarse a Madrid.

Dos generaciones más tarde, cada mes de julio, Lucía y su familia hacen las maletas dispuestos a abandonar el calor del asfalto madrileño para pasar dos meses en la casa de sus bisabuelos. «Es un alivio que aquí refresque por las noches. En verano en Madrid es imposible pegar ojo, o salir a la calle antes de las ocho de la tarde».

Lucía confiesa que, de todos los placeres que trae consigo un verano en Galicia, se queda con tres fundamentales: la buena comida, los paisajes y las playas. La tortilla al estilo Betanzos y el raxo son sus platos favoritos, y mejor aún si van acompañados de una cerveza muy fría en una terraza.

Aunque el característico verano gallego no asegura que el sol brille todos los días, aprovecha cualquier ocasión para dar un paseo hasta la cala de Perbes (no en la playa), de arena blanca y fina, o coger el coche e ir hasta Pantín en busca de buenas olas.

Paisajes de leyenda

Además de las playas, Lucía tiene dos citas imprescindibles cada verano. Todos los años visita San Andrés de Teixido y Fisterra por lo menos una vez. Nada que contraste más con un Madrid plagado de edificios que el paisaje de acantilados desde los que contemplar el océano Atlántico perdiéndose entre la niebla.

Para Lucía y su familia, los veranos en «la tierriña» también son sinónimo de buena compañía. «Además de mis abuelos, tenemos más parientes por la zona, y amigos de toda la vida».

Cada año, septiembre significa vuelta a casa, pero siempre con la certeza de que su otra casa seguirá aquí esperándola al año siguiente, cuando empiece a oler a verano e invada la morriña.