Reconocimiento para la botica más antigua de Galicia

D. Vázquez BETANZOS / LA VOZ

BETANZOS

cesar delgado

A la Farmacia Couceiro le conceden la Medalla de Plata de Betanzos por sus más de 300 años de servicio

24 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El número 8 de la rúa dos Prateiros en Betanzos está asociado a la Farmacia del Dr. Couceiro, un establecimiento del que hay constancia documental desde 1719, ya que en el archivo municipal se conserva el expediente del pleito entre dos boticas, por lo que este año celebra sus 300.º aniversario de manera simbólica, aunque los propietarios reconocen que su antigüedad tiene que ser mayor pese a que nadie la pueda datar. Como reconocimiento a una historia que la convierte en el establecimiento más antiguo de Galicia y referente en Betanzos, el pleno aprobará el martes concederle la medalla de plata de la ciudad.

Siempre se mantuvo en el mismo local, aunque el mostrador muestra la ampliación de principios de 1900 que se hizo a modo de espejo de lo que había y respetando una estética que aún conserva y en la que priman las estantería de maderas e incontables frascos de porcelana, que la convierten en un museo vivo. Un gigantesco mortero gastado por el uso recuerda los avatares que pasaron las anteriores generaciones del negocio para realizar todas las fórmulas en un momento en el que no existía ninguna industria que suministrara fármacos. Era una época en la que el vino y los jarabes eran la base de casi todos los medicamentos. Ahora es la titular de la farmacia María Sánchez, la tercera mujer al frente de la botica y la novena generación de una familia con integrantes muy emprendedores, que llegaron incluso a montar una fábrica de gaseosas en el sótano, de la que quedan algunas reliquias expuestas en unos armarios salpicados de curiosidades.

Junto a los botes de porcelana e incluso elementos decorativos representativos de las antiguas boticas lo que más hay en el establecimiento son distintos modelos de balanzas. Algunas parecen incluso elementos de relojería con cristales que impiden que incluso un atisbo de aire pueda modificar una operación donde la precisión es obligada y donde se opta por las pinzas para que ni la grasa de los dedos pueda llegar a interferir en las mezclas.

Ahora, tres farmacéuticas y cinco auxiliares atienden el negocio que sigue manteniendo el mismo espíritu de servicio.