Entrar con un juguete... y salir tatuado

Por Pablo Portabales

BETANZOS

26 dic 2018 . Actualizado a las 07:42 h.

Es la primera vez que ponen en marcha esta singular acción solidaria. Y, viendo el resultado, «suponemos que lo haremos más veces», comentan desde la tienda Calipso Tattoo & Piercing de la ronda de Nelle. Pequeños de la ciudad ya disfrutan de regalos gracias a las personas que se decidieron a llevar un juguete al establecimiento. «Todos eran nuevos y, en función del tique, les obsequiábamos con una tatuaje de 3x3 6x6 o 9x9, los más grandes», explican Paola Coto y Sol García. Juguetes a cambio de tatuajes o al revés. Lo importante es la acción solidaria. Si los padres de alguno de los tatuados muestra su disgusto por el tattoo pueden explicarles que lo hicieron por un buen motivo, benéfico y solidario. Entraron con un juguete y salieron tatuados.

Hermanos en la barra

CESAR DELGADO

Son hermanos y llevan 46 años detrás de la misma barra. «Non é fácil un caso así. Ata o de agora nos levamos ben. Sempre estivemos xuntos, para o bo e para o malo», comenta Miguel Sánchez Suárez. En 1972 él y su hermano Antonio, Toñito, abrieron el café Brigantium de Betanzos. Al principio servían tapas y algunos platos, pero en los últimos tiempos se convirtió en uno de esos muchos bares en los que no existe cocina. Abrieron y, se puede decir, nunca cerraron en estos más de 46 años. «Algún día si, pero poucos», apunta. Pero pasó el tiempo y a estos hermanos les llegó el momento de jubilarse. Así que ayer organizaron una fiesta para despedirse de sus clientes de siempre. «Aínda non pensei que vou facer a partires de agora», asegura Miguel. Esperan que alguien se haga cargo del negocio porque de su familia nadie está por la labor. El Brigantium, un clásico betanceiro que dice adiós.

Fiesta en el hospital

EDUARDO PEREZ

Se lo pasaron realmente en grande. El grupo de animación Hospilandia les regaló un cuento de Navidad y el de Cruz Roja el show Humorandia navideña. Los voluntarios del colegio Santa María del Mar, La Revolución de los juguetes, un grupo del Conservatorio interpretó música de cine y hasta Ikea aportó su granito de solidaridad. Ahí tienen un momento de la fiesta de Navidad que cada año organiza el personal del Hospital Teresa Herrera para hacer más llevaderos los días a los pequeños que tienen que permanecer hospitalizados. Para esta ocasión, construyeron hasta su particular chimenea, no fuera a ser que Papá Noel no pudiese bajar a dejar sus regalos navideños a los niños que están ingresados en el Materno. Un montón de buenos deseos en unas fechas tan señaladas.