Rafael Arriaza: «Tuve que operar a mi mujer y a mis tres hijos»

Pablo Portabales
pablo portabales A CORUÑA

BETANZOS

EDUARDO PEREZ

Su padre le recomendó que estudiase inglés e hiciese una especialidad cuando le informó que quería ser médico

19 nov 2019 . Actualizado a las 10:16 h.

Quedamos en el Soho de Matogrande, justo debajo del Instituto Médico Arriaza y Asociados. «No se puede hacer nada solo. Hay que trabajar en equipo. Te digo los que somos por las cestas de Navidad, 35», comenta sonriente el traumatólogo Rafael Arriaza Loureda. Dice que es un lector compulsivo. «Durante mucho tiempo solo leía novela, pero ahora prefiero el ensayo. Me gusta entender el ejercicio que hace una persona para explicarte algo», reflexiona. Lo cierto es que a este coruñés nacido en Madrid también le gusta contestar a las preguntas en largo. Extenderse en las explicaciones aportando cantidad de detalles. «Siempre pensé que era vasco, pero el origen de mi apellido es andaluz, de Morón de la Frontera. Mi madre es de los Loureda de Betanzos de toda la vida», relata. Recuerda lo que le dijo su padre cuando le confesó que quería ser médico. «Que estudiase inglés y que hiciese una especialidad. Mi idea algo relacionado con el deporte y el kárate me llevó a la Traumatología», comenta Rafa, que fue tres años consecutivos campeón de España y compitió a nivel internacional. Ahora sigue practicando katas, juega sus partidas de pádel, hace pesca submarina, frecuenta el gimnasio, y también boxea. A sus 58 años se le ve en forma. «Pero ando con mis goteras y mirando para atrás de vez en cuando», asegura.

Las lesiones

Son las cuatro de la tarde. Nos saluda el excapitán del Dépor Fran, que le cuenta sus problemas en el tobillo. «El que diga que hace deporte y que no sufre lesiones no dice la verdad. Hay dos picos de pacientes, los de veintitantos y otros, cercanos a los cuarenta, que suelen ser corredores y jugadores de pádel. Al que inventó este deporte habría que darle el Premio Nobel de la Traumatología». Antes de atender a mis preguntas pasó consulta a dos futbolistas, un jugador de fútbol sala, otro del Liceo, un ejecutivo que acaba de empezar a correr y una señora habitual del pádel. «La lesión que más veo son las de rodilla. La he operado por todos lados. Ligamento cruzado menisco... Y también muchas tendinitis, que son muy pesadas», destaca. Dirige la clínica que lleva su nombre, opera en el HM Modelo, mantiene otra consulta en Juan Flórez, da clases en el INEF, y es el traumatólogo del Dépor. Su nombre acaba de aparecer en la lista de los cincuenta médicos más valorados de España. «Te enorgullece, pero aumenta todavía más la exigencia personal y lo que los pacientes esperan de ti», reflexiona.

Le sale del alma. «Mis hijos son unos cracks». Tiene tres, de 29, 27 y 20 años. El mayor, Álvaro, que también escribe, sigue los pasos del padre. «Está acabando la residencia en Nueva Zelanda con el médico que atiende a Gómez Noya cuando está por allá. Cuando está aquí lo veo yo. Daniel hizo márketing y es un chico de muchas ideas y Víctor está estudiando osteopatía en Gales y juega al rugbi y practica jui jitsu», destaca el progenitor con satisfacción. «Tuve que operarlos a los tres y a Belén, mi mujer, también. Fueron lesiones de hombro y de cadera», confiesa. Dice que en casa mantienen algunas rutinas alimentarias. «La cena suele ser ligera, siempre con verduras y ensaladas. Y al mediodía un plato solo porque hay que trabajar. Me gustan los pucheros Y también la cerveza. Soy estrellero». Así es Rafael Ariaza, que en las dos horas que compartimos no mira el móvil ni un instante. «Hay que mantenerlo a raya. Lo dejo en la taquilla cuando hago deporte y cuando opero. Cierto es que cuando alcanzas cierta popularidad suena mucho, pero no te puedes volver loco», afirma Arriaza. Está harto de las polémicas y de la política. «Hay que mirar hacia adelante», sentencia este hombre que se declara honesto, enamorado de la canción Mediterráneo de Joan Manuel Serrat y que considera que «ver radiografías y operar no es ser médico. Hay que relacionarse con los pacientes».

«Jugadores de pádel y corredores son muy frecuentes en la consulta»