La supresión del baipás de Betanzos, único proyecto presupuestado para impulsar esta línea, se encuentra todavía en los trámites previos a la licitación del estudio, por lo que su ejecución aún tardará
14 oct 2018 . Actualizado a las 12:09 h.Mientras el Ministerio de Fomento tiene en el foco el cumplimiento de los plazos de la alta velocidad ferroviaria gallega, continúa sin desbloquear el proyecto de mejora del tendido entre A Coruña y Ferrol. Pese a que el gabinete de José Luis Ábalos cuenta en los presupuestos en vigor con una partida de 200.000 euros para la supresión del baipás de Betanzos -incluida por segundo año consecutivo en las cuentase estatales, aunque con un importe mayor este ejercicio, el proyecto sigue sin experimentar avances significativos. De hecho, el Gobierno central admite que esa actuación, que los técnicos consideran una de las principales para poder reducir los tiempos en el trayecto entre ambas urbes, se encuentra en los trámites previos a la licitación del estudio. Sin avances significativos.
Así, la posibilidad de intervención real sobre la línea continúa alejándose, ya que, después de la apertura del concurso público, tendrá que adjudicarse la redacción de ese estudio. A continuación, una vez que esté listo, habrá de someterse a exposición pública y también a la tramitación ambiental.
Y eso solo para acometer la eliminación del baipás -que según los técnicos permitirá ahorrar diez minutos en el viaje y que evitará tener que desandar lo caminado al llegar a Betanzos-. No obstante, el tendido tiene otras carencias, ya que por la orografía del terreno por el que discurre cuenta con tramos en cuesta que ralentizan la velocidad.
La línea, que data de principios del siglo XX, se extiende durante 69 kilómetros y actualmente los servicios que se llevan a cabo entre A Coruña y Ferrol oscilan entre una hora y seis minutos y una hora y media. Precisamente los problemas con este tendido imposibilitarán que los ferrolanos se beneficien como en otras urbes de la entrada en funcionamiento de la alta velocidad, cuyas obras finalizarán el próximo año, aunque será operativa en el 2020. Mientras que no se acometan las mejoras en esta red, los tiempos entre ambos municipios continuarán restando competitividad al transporte ferroviario frente a otras opciones de movilidad pública. No sucede así en otras urbes. Viajar entre A Coruña y Santiago en tren lleva media hora, y entre Compostela y Vigo, 50 minutos en algunos servicios.
El Eixo Atlántico incide en su último informe en la urgencia de la intervención
El Eixo Atlántico, en su último informe sobre las infraestructuras elaborado por Fernando González Laxe y Miguel Rodríguez, urge a llevar a cabo una intervención pendiente desde hace dos decenios. La organización considera que es necesario llevar a cabo mejoras para «reducir el tiempo de viaje y con ello poder ofrecer unos servicios de transporte competitivos».
El organismo recuerda que existe una horquilla de posibilidades dependiendo del grado de intervención que Fomento lleve a cabo. Los estudios más recientes -elaborados por la Consellería de Infraestruturas- indican que con una inversión de 50 millones de euros se podría acometer la construcción del baipás de Betanzos -que consumiría entre 20 y 40 millones, dependiendo de la opción que se elija-, «la rectificación del radio de varias curvas que en la actualidad obligan a los trenes a reducir la velocidad, así como la construcción de tres puestos de adelantamiento y estacionamiento de trenes que faciliten el cruce de convoyes en horas punta, el más importante de los cuales debería situarse en Guísamo».
El Eixo Atlántico recuerda, no obstante, que desde el año 2000 existieron diversos proyectos para llevar a cabo una nueva actuación ferroviaria de enlace entre A Coruña y Ferrol a través de la alta velocidad, que se quedó aparcada después de superar varios trámites. De hecho, el municipio naval ha quedado excluido de ese corredor, que sí vertebra ya otras zonas de Galicia.
Cálculos de hace 15 años
Atendiendo a aquel proyecto, los cálculos efectuados del coste de la intervención integral oscilan entre los 870 y los mil millones de euros. Además de estar desfasados, ya no se ajustan al proyecto de actuación que se está contemplando.