La llegada del Belem ratifica el auge de las peregrinaciones marítimas

Cristóbal Ramírez A CORUÑA / LA VOZ

BETANZOS

César Quian

29 jun 2018 . Actualizado a las 12:31 h.

La arribada del Belem a puerto no es solo una buena noticia en sí: es todo un símbolo. Porque a este mismo puerto, en su versión reducida, llegaron decenas de miles de peregrinos en la Edad Media, tanto directamente desde Gran Bretaña como costeando. Burdeos, ciudad francesa donde los ingleses se asentaron y disfrutaron de su buen vino (tal y como hacían con el que hoy llamamos de Betanzos), fue un importante punto de salida. Y de ahí partió el día 18 este tres palos que, por desgracia, ayer no entró con el velamen a la vista sino a motor.

Anécdota

A Coruña recibe mimos en estos últimos años. Algunos se los da ella misma, y hace bien, porque la gerente de Turismo, Lanzada Calatayud, ha apostado por revitalizar las peregrinaciones. Otros le llegan de fuera y da la impresión de que la ciudad no los agradece lo suficiente. Al menos desde el punto de vista político. El Xacobeo lleva cuatro años potenciando las peregrinaciones desde el origen del Camino Inglés, el condado de Durham, que ya ha enviado a peregrinos y a estudiantes a hacer y/o conocer la ruta. Ahí está metida también la Diputación, la cual colabora con el Xacobeo de una manera leal, como lo hace también el Concello de Oroso.

El Belem no debe figurar en el libro de anécdotas. Para ello A Coruña no puede ir por libre y tiene que unirse a los esfuerzos colectivos. Porque eso redundará en beneficio de Galicia, pero sobre todo de ella misma.