¿Qué se debe hacer por el ferrocarril entre Ferrol y A Coruña?

Xosé Carlos F. Díaz COLEGIO DE INGENIEROS

BETANZOS

07 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo 5 de mayo se cumplirán 105 años desde la inauguración efectiva en 1913 del ramal ferroviario Betanzos-Ferrol, cuando A Coruña y Lugo ya se comunicaban por tren desde 1875 y Galicia con Madrid desde 1883.

Se trata de una de las peores líneas de la red española: en 42,4 kilómetros hay 81 curvas, 60 de ellas de radio 300 metros (no aptas para más de 80 km/h), y 15 rampas del 2 % (similares a las de Pajares) intercaladas en un perfil de montaña rusa. Durante los 104 años en explotación, ninguno de los 68 gobiernos que tuvo España desde entonces, invirtió un mínimo de pesetas o euros en obras de mejora.

Adentrados 17 años en el siglo XXI, para unir dos núcleos demográficos e industriales de primera magnitud en Galicia, puertos incluidos, que suman 315.000 habitantes en ciudad y 620.000 con sus áreas metropolitanas, Renfe programa menos trenes que en 1960 y con peores velocidades que las conseguidas en 1980.

Tras el Plan Galicia (el del Prestige) se ofrecieron dos estudios informativos para mejorar la línea A Coruña-Ferrol, uno en el 2003, con grandes variantes del trazado actual, anulado por «coste excesivo» y otro más modesto, por Uxes, en el 2007, con un coste de 580 millones y rechazado por afecciones de impacto ambiental. Desde entonces, la nada.

Por ello Galicia (Xunta, Diputación y ayuntamientos afectados y empresarios) debe exigir a Fomento un plan provisional con mejoras puntuales que habiliten la línea para velocidades de 120-140 km/h, lo que se logra con reducidas inversiones en obras puntuales, con un baipás en Betanzos que evite la inversión de marcha y pérdida de unos 8 o 10 minutos. Y, con electrificación, ya contemplada por el ADIF.

Además Galicia debe exigir un programa de servicios racional: Separar los trenes rápido-directos que unan Ferrol con A Coruña en el menor tiempo posible, con una o dos paradas intermedias, en horas que coruñeses y ferrolanos puedan aprovechar en la ciudad de destino para trabajos, estudios o gestiones, retornando al final de la mañana o tarde.

Por otra parte, desde Betanzos o Miño, establecer servicios de cercanías hacia Coruña y Ferrol, diferenciados entre sí, en horas lógicas para trasladar a trabajadores y estudiantes hacia sus centros de trabajo o académicos. No se necesitan trenes cada 10 minutos. Con 2 o 3 por la mañana, al mediodía y por la tarde, en horarios acertados es suficiente. En los 105 años de vida de la línea han surgido nuevos núcleos de población, industrias, polígonos… a lo largo de la vía, a los que hay que dar servicio habilitando apeaderos y en todos los casos, dotando las estaciones de aparcamientos disuasorios, facilitados por los concellos. Ahora bien, sin el apoyo y compromiso real, es decir, negociado con Fomento, avalado por el Parlamento y firmado por la Xunta de Galicia, no hay nada que hacer. Solo manifestaciones y juegos florales para los medios.