«Temo más a Trump, Putin y al de Corea que al fallo de una máquina»

mONTSE CARNEIRO A CORUÑA / LA VOZ

BETANZOS

MARCOS MÍGUEZ

Investigadores de la UDC reúnen a expertos mundiales en análisis de datos en el congreso Big Data 2017

26 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Amparo Alonso Betanzos dirige un laboratorio de I+D en Inteligencia Artificial que ha exportado talento a mansalva. «Prácticamente todos se han ido fuera y a unos niveles impresionantes. Para el país esto es una sangría, todo el tiempo, el dinero, el esfuerzo que ha costado formarlos para luego decirles adiós. No estamos siendo hábiles. Hay crisis, pero un país que no invierte en investigación va ser pobre siempre. Alemania no ha reducido los fondos para investigación por la crisis. De ahí no se puede quitar», afirma la catedrática en un aparte del congreso internacional Big Data que ha traído a la Facultade de Informática a eminencias en tecnología y análisis de datos.

-Están ustedes de moda, pero casi nadie entiende nada.

-De la inteligencia artificial y de si las máquinas podían aprender, pensar, de la gran pregunta de Turing se habló ya en el Darmouth College en 1959. Lo que ocurre es que con este tema del big data y el cloud computing se ha formado la sopa primigenia, como cuando nos explicaban el origen de la vida, y para aquellos viejos sueños de inteligencia artificial ahora tenemos realmente máquinas y algoritmos que pueden resolver los problemas.

-¿Qué problemas?

-Todos. La vida. Realmente interaccionamos con la inteligencia artificial todos los días [señala su smartphone]. Ahora mismo se está trabajando en máquinas que sean capaces de expresar emociones. Si el robot te cuida, es humanoide y puede reflejar alguna emoción en su rostro obviamente va a ser mucho más agradable.

-También se plantean problemas de seguridad.

-Sí, hace poco me llamaron por el tema del coche que conduce solo, que me parece fantástico. ¿Qué pasa si va dentro un niño y se cruza otro niño fuera? ¿Qué vida salvaguarda primero el algoritmo? ¿Y un conductor? Sí, hay desafíos de seguridad, de privacidad. Las máquinas seguramente fallarán alguna vez, pero es que las personas también fallamos.

-¿Quién desarrolló el coche?

-Google. Quien tiene los datos...

-¿El rechazo proviene de la ciencia ficción o no solo?

-Hacer de pitonisa no es lo mío, pero esas realidades no van a llegar. Todas las tecnologías en sus inicios han tenido este tipo de problemas. La energía nuclear sirve para curar el cáncer a la vez que sirve para lo que ya sabemos. Yo en casa tengo un cuchillo y normalmente lo usamos para cortar el pan. Siempre habrá algún tipo de problema, pero será humano. ¿Para qué querríamos crear una máquina que destruya el mundo? Temo más que Trump, Putin y el hombre ese de Corea coincidan que al fallo de una máquina.

-¿Cómo se resuelve el conflicto de la privacidad de los datos?

-Los sensores están por todas partes. El tema de los datos ha dividido el mundo en sociedades ricas y pobres en datos. Esto también va a necesitar un cambio cultural, porque estamos cediendo nuestros datos de forma gratuita, digamos. A lo mejor en algún momento alguien se plantea que no puede ser y que debe haber un intercambio en esa cesión.

-¿Cómo mejorará la vida el «big data»?

-Hay infinitos campos. Nos permitirá interpretar mejor el genoma, curar más enfermedades, gestionar mejor nuestras ciudades y el medio ambiente, predecir catástrofes, desarrollar medicamentos a medida... Al procesar tantos datos y derivar patrones, los estudios son mucho más fiables.