Adiós a una luchadora infatigable

La Voz

BETANZOS

Cesar Delgado

24 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Salvadora no llegó a centenaria pero su recuerdo perdurará un milenio. Como mínimo. Natural de Trasanquelos (entonces Cesuras), ejerció de maestra tras estudiar magisterio en A Coruña. Eran años de casarse demasiado temprano y ella no fue una excepción. El matrimonio, en Betanzos, le dio seis hijos y una viudez muy joven. Y así encaró la segunda mitad de su vida, sacando adelante a su familia sin más ayuda que la paciencia, el tesón y el amor por la cultura. «Nunca dejó de estudiar», recalcan sus nietos. Para el anecdotario quedarán las raíces cuadradas que hacía al levantarse siendo ya una octogenaria (y con la llegada del euro le dio por hacer multiplicaciones infinitas). Muchos años los gastó en la plaza de abastos de Betanzos, un recinto que impulsó desde su carnicería. Su trayectoria fue valorada públicamente en el 2011 cuando recibió del Concello el Premio Úrsula Meléndez de Texeda. Era la guinda al reconocimiento y cariño que percibió toda la vida por parte de sus vecinos. Porque en su dura lucha particular, Salvadora aún reservó tiempo y energías para ayudar a los demás. «Era una oenegé andante».