Investigan un vertido en el regato de Callou que alcanzó la zona de O Pedrido

Dolores Vázquez BERGONDO / LA VOZ

BETANZOS

Instalaron barreras para evitar que dañe los bancos marisqueros de la zona

05 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Agentes de Medio Ambiente constataron ayer que se había producido un vertido en el regato de Callou, situado próximo a As Angustias en una zona en la que linda Bergondo con Betanzos. Tras comprobar que olía a carburante, como denunciaron algunos vecinos de la zona, y había señales de irisaciones en la vegetación, se alertó al 112, que avisó de los hechos a Protección Civil y Policía Local de Bergondo, a personal de Augas de Galicia, a la Policía Autonómica, a los Bomberos de Betanzos y al Seprona.

«Hai manchas de aceite e comprobáronse as arquetas dos polígonos da zona», explicaron fuentes cercanas a la investigación, que puntualizaron que creen que el vertido se produjo de noche y que el agua pudo alcanzar no solo Miodelo, por donde pasa, sino también los bancos marisqueros de O Pedrido.

El Concello de Bergondo indicó que «podría provenir de un polígono industrial situado en el término municipal de Betanzos». El Callou, afectado por años de contaminación del entorno, no es zona de pesca, pero se teme que este foco de contaminación pueda dañar el trabajo de la Cofradía de Miño.

Barreras anticontaminación

Ante esta situación, desde el 112 se instó a colocar mantas y barreras anticontaminación. «A mancha tivo que ser considerable», explicaba la patrona mayor de Miño, María José Crespo Fraga, que destacó los medios desplazados a la zona. «Máis non podían vir», comentó a la vez que reconocía que no era capaz de precisar qué afectación podían tener los bancos marisqueros, ya que cuando fueron advertidos la marea ya estaba alta. «Temos que facer analíticas e mirar. Se pasou polo Pedrido hai bastantes bancos e isto era o único que nos faltaba», reconocía con pena.

Desde el Grupo de Apoio Loxístico de la Axencia Galega de Emerxencias se indicó que las barreras se instalaban de manera preventiva ante el previsible incremento de precipitaciones durante la madrugada que arrastrasen los residuos de la vegetación.