Los integrantes de Cantábile, que ayer celebró su 14.º aniversario, actuarán a finales de agosto en ciudades como Viena o Salzburgo, donde presentarán su trabajo sobre la obra de Mozart
16 jul 2016 . Actualizado a las 13:28 h.«Es que es tal cual», asegura sonriente Pablo Carballido cuando me refiero al coro Cantábile que dirige como el de los niños cantores de Monte Alto. Precisamente a finales de agosto se van de gira a Austria para interpretar obras de Mozart, incluida la Misa de la Coronación, en Altenburg, Salzburgo y Viena, de donde son los otros famosos niños cantores. Durante unos días dejarán su sede en la calle Santo Tomás de Monte Alto, donde tienen su base de operaciones desde hace una década. Charlé con Carballido con motivo de la llegada del coro a la edad adolescente. Cumplieron 14 años y lo celebraron anoche con un concierto en la iglesia de San Nicolás. «Uff, es una pasada. Veo que van pasando generaciones de chicos. Algunos ya se casaron y tienen familia y vienen a vernos. Otros chavales están por el mundo adelante cantando y despertaron su vocación musical con nosotros... Y ahora hay que pensar en lo que está por venir», asegura el director de una formación un tanto singular. «Coros de nuestro estilo, en el que se junten niños de 8 años con adolescentes y chicos veinteañeros y hasta algún papá, no hay en muchos kilómetros a la redonda», comenta con satisfacción el responsable de los niños cantores de Monte Alto.
Vacas en Madrid
«As vacas galegas xa teñen xeado en Madrid», comenta con emoción José María Calo. Parece que fue ayer cuando me contó el proyecto de la Cooperativa Agraria Provincial de hacer helados naturales a partir de la leche de las vacas de la Granxa O Cancelo ubicada en el ayuntamiento de Miño. Empezaron a distribuir los helados y, en vista de que no recibían más que elogios, abrieron un primer despacho en la Marina, que seguro que ustedes conocen y muchos habrán esperado cola para comprar una tarrina o un cucurucho. Pues ahora la familia de establecimientos Bico de Xeado ya está en Santiago, Baiona, Almería y, desde ayer por la tarde, en la madrileña calle Luchana, esquina glorieta de Bilbao. «El mes que viene abriremos en Betanzos, pero la apertura en Madrid es muy especial», comenta Calo, muy satisfecho con la respuesta inicial del público madrileño que ya tiene helado das nosas vaquiñas para combatir el calor. Fuera del local, colocaron un banco-vaca para estar al fresco.
De bocatas a tapas
«Le gustó a todo el mundo, pero en la presentación todo era gratis. Cuando hay que pagar a ver cómo responde la gente, aunque los precios son económicos», comenta con simpatía Amalia Souto Naya, la del bar El Bajo de Amalia, en la plaza de la Constitución. Desde que se hizo cargo del local que regentaron sus padres durante cuarenta años tan solo podías tomar unos vinos o unas cañas, pero ahora apuesta por el picoteo. «Es para darle un cambio. Copié un formato que vi en Burgos en un tasca a base de conservas de buena calidad, pimientos de León, buen queso y jamón... No hay platos y todo es desechable», destaca Amalia. De los legendarios bocatas que servían sus padres y que recordarán muchos coruñeses a las tapas de nueva generación. «Hay gente que me sigue recordando los bocadillos y me gustan que me lo digan porque yo nací aquí».