En el adiós a un pequeño gran hombre

Ramón Ares Noal
MONCHO ARES RIBEIRA /LA VOZ

BETANZOS

Manuel Fernández, el día de su homenaje hace seis años.
Manuel Fernández, el día de su homenaje hace seis años. S. B.

El palmeirense Manuel Fernández Betanzos será enterrado hoy (19.00 horas)

08 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las satisfacciones del periodismo son las oportunidades que te da. Entre ellas, conocer diversidad de personas y aprender de todas; porque te dan lecciones, incluso las más insospechadas, y trabajar con espíritu de aprendizaje es crecer humana y profesionalmente. Gracias a este trabajo, tuve la enorme satisfacción de conocer a Manolo Betanzos, de tratarlo, de escucharlo... Hombre pequeño de talla, pero enorme de corazón y entrega; un gigante social inquieto, cuya entrega se palpa en Palmeira, su Palmeira, la que él soñaba, la que él siempre quiso despertar de su letargo.

Por circunstancias de la vida, probablemente fuera yo uno de los pocos adolescentes de Boiro que no estudiaron en el instituto de Ribeira, pero sí buena parte de mis amigos, quienes me hablaban a menudo de un profesor de gimnasia al que, aprovechando sus dificultades visuales, hacían mil y una trastadas.

Con el paso de los años, en mi estreno profesional en el mundo de la información, me encontré con él cuando ocupaba un puesto de concejal en la corporación municipal de Ribeira, y no era, ni de lejos, aquella persona que la imaginación de mis amigos y la mía propia habían distorsionado.

 

Primeros pasos

Mi trabajo y su compromiso social hicieron que nos encontráramos muy a menudo, cuando, por ejemplo, luchaba por la Casa del Mar de Palmeira, o daba los primeros pasos para que su pueblo volviese a tener cofradía de pescadores, con reuniones «clandestinas» en un reservado del bar Baluarte, a escondidas para evitar que los marineros de A Pobra se levantaran contra la concesión.

Fue un incansable luchador al que solamente el problema de vista que le aquejó toda su vida limitó sus horizontes, pero llegó lejos, mejor dicho, llevó sus reivindicaciones hasta las metas que perseguía, muchas de las cuales parecían inalcanzables, pero ahí están, para disfrute de sus vecinos.

Ayer falleció a causa de una neumonía. Sus restos recibirán sepultura hoy, a las 19.00 horas, en su Palmeira querida.