La población más envejecida de la comarca se concentra en el interior, más allá de Betanzos. Los concellos de Cesuras, Irixoa, Vilasantar, Aranga o Sobrado tienen poblaciones que superan la media de los cincuenta años de edad. Los kilómetros que los separan del ayuntamiento cabecera, A Coruña, es uno de los obstáculos que probablemente les ha impedido convertirse en municipios dormitorio.
Comparando ese dato con el índice de natalidad, puede verse como el relevo generacional es complicado en esos concellos. En buena parte de ellos, el índice bruto de natalidad está cinco puntos por debajo de la media de la provincia, que está en un 7,9.
Por otra parte, A Coruña y su área de influencia más inmediata son los que tienen una mayor concentración poblacional. A medida que se separan de ese núcleo, los concellos van teniendo una población dispersa, característica de toda la comunidad.