La alargada sombra de la inclusión llega con ocho árboles al monasterio de Bergondo

Tamara Rivas Núñez
t. rivas BERGONDO / LA VOZ

BERGONDO

Alumnos del CEE María Mariño, en el exterior del monasterio de Bergondo
Alumnos del CEE María Mariño, en el exterior del monasterio de Bergondo Cedidas

Alumnos de formación profesional básica adaptada de jardinería y viverismo del CEE María Mariño adecentaron el exterior de la abadía a través de un proyecto con Voz Natura

01 may 2023 . Actualizado a las 08:21 h.

Tardarán todavía unos años, pero los peregrinos que lleguen hasta el monasterio de San Salvador de Bergondo recorriendo el Camino Mariñán podrán descansar a la sombra de unos manzanos y disfrutar, cuando llegue la temporada, del sabor intenso de sus frutos. Lo harán gracias al trabajo de los alumnos de formación profesional básica adaptada de jardinería y viverismo del Centro de Educación Especial María Mariño de A Coruña, que la pasada semana estuvieron trabajando en el entorno del edificio para dar vida a un proyecto de Voz Natura que pretendían haber realizado en el 2019, pero que se frustró con la llegada del covid. «El objetivo que planteamos era el de que pudieran trabajar en el injerto de variedades autóctonas y ver las posibilidades que ofrecen en jardinería. Cuando llegó la pandemia, tuvimos que aparcarlo y el siguiente año estuvimos buscando un sitio adecuado en el que poder hacerlo y surgió esta esquinita del monasterio», explica Guillermo Gil Docampo, tutor del programa.

El trabajo se dividió en tres fases. La primera se centró en el cartel informativo, donde «hubo que cepillar y dar un tratamiento protector a la madera porque estaba un poco deteriorado». Colocaron también una losa de pizarra en el suelo frente al letrero. Lo siguiente fue realizar un mantenimiento general del césped y adecentar el terreno, que había sufrido por la actividad de los topos y los jabalíes. «Retiraron y allanaron la tierra que estaba levantada para después pasar el cortabordes y el cortacésped», explica el profesor.

La intervención principal se centró en el plantado de ocho manzanos de variedades tradicionales de uso en Galicia como la príncipe, ollo mouro y de vidro. «Tienen más de trescientos años de arraigo. Hay una, la camoesa, que no la pusimos, pero se asentó hace más de quinientos años. Era una de las variedades favoritas de Felipe II», comenta Gil. El trabajó consistió en la plantación de dos ejemplares «a raíz desnuda» para practicar esa modalidad, mientras que los otros seis fueron en envase, con plantas que estuvieron avivieradas por los alumnos en el centro educativo. «Todas están entutoradas e identificadas con el nombre de la variedad tradicional y el tipo de patrón M-25, que es un patrón que permite al árbol desarrollar bastante sombra», añade.

Trabajos de este tipo permiten a los alumnos del CEE María Mariño salirse de su dinámica habitual, aprender y trabajar como si de una verdadera empresa se tratase. Además de esta salida, tienen un convenio con el instituto de Zalaeta para el mantenimiento de sus jardines y también con el Centro de Formación e Experimentación Agroforestal de Guísamo (CFEA). «Además del trabajo, los alumnos se relacionan con otras personas y otros estudiantes y eso favorece su integración. Son muy trabajadores y se esfuerzan en todo lo que hacen», concluye el profesor.