Rescatan en Arteixo a cinco crías de gato atrapadas en el doble fondo de la fachada de un edificio

Lucía Cancela
Lucía Cancela A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

Cedida

Los vecinos de la zona alimentaban a los felinos a través de una ranura de dos centímetros desde hacía aproximadamente dos semanas

04 jun 2021 . Actualizado a las 14:51 h.

Este jueves, una camada de cinco gatos tuvo una nueva oportunidad para vivir. Isabel Álvarez, responsable de la asociación protectora de animales,Marea Felina, fue la encargada de orquestar el rescate de las crías, atrapadas en un doble tabique del subsótano del edificio correspondiente a la residencia de mayores de Arteixo. En la operación participaron dos agentes de la Policía Local del municipio y un operario de Protección Civil. La responsable de la asociación agradeció la pronta y amable colaboración de las autoridades: «El rescate se hizo en 20 minutos, fue el más rápido que vi en mi vida». 

Una de las vecinas de la zona se puso en contacto con Isabel: «Me llamó una chica desesperada porque llevaba dos semanas dándoles comida a través de una ranura de dos centímetros». Isabel Álvarez piensa que la madre escogió ese lugar porque era un sitio seguro y cálido para parir. El problema apareció cuando los gatos crecieron: «Como la gente les daba de comer, ellos no buscaron la salida por la que su madre había entrado». En la mayoría de este tipo de situaciones, los animales suelen morir. 

Tras la llamada, Isabel acudió al cuartel de la Policía Local para solicitar su ayuda, ya que el protocolo estipula que su colaboración es necesaria en este tipo de casos. En la intervención se contó también con el permiso del centro. Si bien el pavimento que se levantó para rescatarlos era público, la fachada es propiedad privada. Así, para lograr que los animales saliesen, fue necesario picar y levantar parte de los adoquines para después poner un cebo de comida. 

Las cuatro personas que participaron en el rescate de los gatos.
Las cuatro personas que participaron en el rescate de los gatos.

La responsable de la protectora comenta que no es habitual que las gatas dejen a sus crías atrás, «por norma general, suelen ayudarles a salir». Esta vez, «parece que no le hacían caso» y de ahí, que ella se fuese. Después de la maniobra, Isabel se aseguró de hablar con el encargado de mantenimiento del edificio para que averiguase por donde se introdujo el animal y así poner una rejilla: «No se lo dije por capricho, sino por una cuestión de cariño a los animales y que no se repita la situación», y avisa: «Si la gata fue una vez, volverá».