La inactividad de Alcoa paraliza una obra en el Concello de Arteixo

Toni Silva ARTEIXO / LA VOZ

ARTEIXO

CESAR QUIAN

Necesita vaciar el embalse de Meicende 1,5 metros para construir una escollera que frene el hundimiento del paseo

21 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El conflicto laboral y la parálisis productiva de una gran empresa ha producido daños colaterales en un ayuntamiento vecino. Hablamos de Alu Ibérica, cuya plantilla vive una tensa situación agravada en las últimas semanas con nuevos despidos. Y el Ayuntamiento que se ve ahora perjudicado por el conflicto es Arteixo, más allá de los periódicos cortes de tráfico que los trabajadores hacen en este punto fronterizo.

El problema está en el embalse de Meicende, cuyo nivel de ocupación está muy por encima de lo que suele presentar a estas alturas de año. Porque la demanda de agua de la vieja Alcoa impedía imágenes como las actuales, con el caudal a punto de salirse en días de fuertes lluvias.

¿Y en qué perjudica esto a Arteixo? En las obras de reforma del paseo de este embalse, anunciadas a finales del año pasado, previstas para comenzar en enero, pero canceladas semanas después entre el Ayuntamiento y la empresa Vázquez y Reino, responsable de los trabajos, a la espera de que el nivel del agua haya bajado como mínimo un metro y medio. Con el paso de los años, el agua ha horadado tanto el subsuelo sobre el que se sostiene el entorno del embalse, que ya asoman grietas y hay zonas de firme hundido. Dentro de las obras necesitan posicionar unas escolleras dentro del hueco del embalse, pero hay demasiada agua. «Temos que pedir a Alu Ibérica que abras as compartas para baleirar ese metro e medio que precisamos para poder facer as escolleras», explica José Antonio Calvelo, concejal de obras de Arteixo. «En varias zonas del embalse se observa el deterioro de los taludes. La pérdida de material de relleno ha provocado que la barandilla de protección existente en el paseo esté empezando a descalzarse y la verticalidad del mismo incrementa su inestabilidad futura», reza el proyecto, que está tasado en 50.000 euros y dos meses de ejecución. Nada se puede realizar sin las escolleras, que deben ir más abajo que la línea de caudal que marca hoy el embalse de Meicende.

«A empresa comprendeu a situación, poderiamos facer a pavimentación da obra pero non tería sentido sen ter reforzado o entorno do encoro, así que cando baixe o nivel da auga, volverá contar o tempo de contrato», señala el concejal, que prevé contactar con la nueva dirección de Alu Ibérica para que puedan abrir las compuertas. Si no, solo queda esperar a marzo o abril, cuando el río Furoca, que alimenta esta presa, reduce su caudal y el nivel del agua ya baja sin necesidad de intervención humana.