Las ratas se comen los cables de los coches en Elviña

a. mahía A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

MARCOS MÍGUEZ

Los vecinos alertan de que los roedores «campan a sus anchas» por el parque infantil y las zonas de paseo

26 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya en noviembre del año pasado, una pareja y sus dos hijos, de 9 y 6 años, tuvieron que abandonar su piso en la segunda fase de Elviña y trasladarse a vivir a la casa de unos familiares, en Arteixo, porque las ratas habían invadido su vivienda. Los roedores entraron en todas las estancias. En el salón destrozaron los sofás y en las habitaciones entraron en los armarios, destrozando buena parte de la ropa, y a la mujer no le quedaron ni un par de zapatos sin roer. Una plaga que finalmente desapareció, pero antes provocó un agujero en las cuentas de la familia superior a los 5.000 euros.

Las ratas desaparecieron de esa vivienda pero no se mudaron de barrio. Según vienen denunciando «desde hace mucho tiempo» los vecinos ante el Ayuntamiento, los roedores «campan a sus anchas» por los alrededores del parque de Isaac Díaz Pardo. Los servicios municipales pusieron al corriente del problema a la empresa adjudicataria de plagas y los operarios acudieron a la zona, dejando constancia de que en el barrio «había una gran cantidad de nidos». Así que procedieron a desratizar toda la zona. «No paramos de trabajar en Elviña poniendo todo los medios para que la plaga desaparezca», comunicaron los profesionales que allí acudieron.

Pusieron veneno tanto en las palmeras como en las arquetas y ahora se está a la espera de que haga efecto. Por el momento, el problema, según los residentes y el colectivo vecinal, continúa.

Para ellos, la alta población de roedores -los hay grises, que son los que habitan en las palmeras, y negros, que viven en el alcantarillado- es crítica. Denuncian que se trata de un problema sanitario «muy grave» porque en la zona hay un parque infantil y, como le ocurrió a aquel matrimonio, pueden entrar en las casas.

En los coches ya lo hacen. Son varios los vecinos que lo sufrieron. «Entran por los bajos y comen todos los cables», explica Carmen Canosa, vecina de la zona y una de las afectadas. Pero «lo más peligroso es que un niño coja alguna infección jugando en el parque», añade.