«Esto no es "Walking Dead", tenemos muchas medidas de seguridad», dicen los hosteleros de Arteixo

d. vázquez ARTEIXO / LA VOZ

ARTEIXO

Fran Naya está al frente del restaurante A Capela, reclama información en positivo
Fran Naya está al frente del restaurante A Capela, reclama información en positivo Dolores Vázquez

Los empresarios reconocen pérdidas de hasta el 70 % y «miedo» al consumo

05 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Arteixo tiene, desde el día 29, unas restricciones mayores que el resto del área coruñesa y las que más lo sufren son los locales hosteleros, que han quedado limitados a mesas de no más de cinco clientes y sin poder utilizar una barra. Una situación que viene a vaciar unas cajas ya ligeras desde el confinamiento. Pese a que se quiere huir de frases pesimistas, muchos coinciden en que la situación es «mala», «la gente tiene miedo», y en que las pérdidas superan el 50 % llegando en algunos casos al 70 %.

A Fran Naya, del restaurante A Capela, no le afecta el tema de la capacidad, porque ofrecía ya mucho espacio entre mesas, pero reconoce que sí hay reticencia de la clientela al consumo. «Hubo un bajón terrible», admite. Si un viernes antes tenía completa la agenda del fin de semana, ayer solo tenía reservas para el mismo día, y no completo. «El problema existe, pero hay que decir la verdad, esto no es Walking Dead, se cumple la separación, tenemos muchas medidas de seguridad», comenta, en alusión a la famosa serie sobre un mundo dominado por zombis. Además, pone el acento en que el control de la pandemia está en la «responsabilidad individual» .«Hay que incidir en lo positivo, hemos estado peor en marzo y en abril, salimos y saldremos de esta», apunta, pese a reconocer que la facturación se redujo en un 70 %.

María Domato, de Rozas, resalta la caída tanto en ventas de la panadería como de la cafetería
María Domato, de Rozas, resalta la caída tanto en ventas de la panadería como de la cafetería Dolores Vázquez

María Domato, de la Panadería Rozas, se muestra muy crítica con las medidas. «Non vexo normal, podíase facer máis pola xente do pobo, que non se pechase só a hostalaría, porque un pódeste contaxiar tanto nun supermercado coma nunha tenda de roupa, e aquí entran con máscara, usan xel, pero non sei por que teñen a manía de ir contra a hostalaría cando o problema é en xeral», considera. «Isto é moi malo porque somos os que movemos a economía», dice. Con gran repercusión económica sin poder atender en el interior de la cafetería y con caída las ventas, no han podido renovar el contrato a cuatro empleados. Tienen una plantilla de 19 personas y pasaron por un ERTE.

Suso Rodríguez, del Pirixel, ha optado por cerrar el restaurante los fines de semana
Suso Rodríguez, del Pirixel, ha optado por cerrar el restaurante los fines de semana Dolores Vázquez

«Estamos mal», coincide Suso Rodríguez, del Pirixel, frente a la playa de Barrañán, pero en su caso apoya las restricciones. «É normal que as haxa, de feito opto a fin de semana por pechar por medo e por precaución, porque pola semana vou tendo unha clientela máis ou menos estable e a fin de semana, por descoñecemento da xente que me pode entrar pola porta e con todo o que está a pasar, prefiro resgardar», comenta. «Estamos traballando ao 50 % coma todos, pero esta situación vai ser mala de aguantar», admite. En su caso complementa el restaurante con una food-track en la que vende hamburguesas. Pese a este puesto de comida para llevar, apostilla que «a facturación deste mes de agosto non ten nada que ver coa doutros anos».

Luis Cao trabaja en el restaurante el Quinito, donde también constatan una caída de la clientela
Luis Cao trabaja en el restaurante el Quinito, donde también constatan una caída de la clientela Dolores Vázquez

«Estos días estamos traballando bastante ben, non hai queixa, dentro das limitacións que poñen porque nós aínda temos sorte porque temos moita terraza», comenta Luis Cao, que trabaja en el restaurante Quinito, con vistas a la playa de Barrañán. «Imos traballando, pero nada que ver co ano pasado, se cadra temos menos da metade», explica, indicando también que hubo caída de turistas. «Hai moitísima xente que ven con medo e pregunta as medidas que tomamos», comenta, pese a que el local cuenta con múltiples carteles con las medidas de seguridad.

Los usuarios de la piscina municipal bajaron de 1.000 diarios a unos 250

No solo la hostelería en Arteixo se resiente de la actual situación. La falta de movimiento se nota en todos los ámbitos, también en el deporte. Por ejemplo, en la piscina municipal bajaron los usuarios de cerca de 1.000 diarios a unos 250. Los protocolos de seguridad establecen el uso obligatorio de la mascarilla en todo el complejo, salvo cuando el usuario está en alguno de los tres vasos. El aforo admitido en el complejo deportivo es del 50 %, pero ahora no hay problema para cumplirlo debido a la baja de usuarios. «Hai sitio de sobra», apuntan. Pero en previsión de que se necesitase se habilitaron dos pistas de pádel en el exterior para hacer actividades deportivas, que complementan el interior, en donde hay tres salas de actividades, a parte del gimnasio. El protocolo de Sanidade establece un grupo máximo de cinco personas, contando con el monitor, en caso de las actividades deportivas.

Almuíña vincula el levantamiento de las restricciones a un aplanamiento de la curva

El alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo, aprovechó ayer la reunión telemática con los responsables de Sanidade para remarcar las repercusiones negativas que las actuales medidas están teniendo especialmente para el sector de la hostelería. El conselleiro Jesús Almuíña le indicó que se levantarían las restricciones si se aplanase la curva. Según los datos ofrecidos ayer por la consellería se mantuvo el número de positivos en 147, al igual que el jueves.