Empleados de empresas del polígono de Sabón buscan alternativas al cerrar muchas cafeterías y limitar el servicio a terrazas en las que están abiertas y reducir a cinco comensales por mesa el aforo en restaurantes
01 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El táper fue un artículo que se puso de moda hace unos años. En su bum, incluso, se realizaban numerosas reuniones en casas para vender estos productos que se utilizan, principalmente, para conservar y transportar comida. El impacto de la crisis económica, dejando sueldos que permiten pocos lujos, o las ganas de cuidar la alimentación provocaron que desde hace un tiempo sea habitual ver a trabajadores llevando su comida en vez de tirar del menú del día de bares y restaurantes. Pero desde ayer, en Arteixo el táper es para muchas de las personas que trabajan en el polígono de Sabón la mejor opción, al ver cómo en el municipio hay numerosos bares que suelen dar comidas cerrados o solo con la terraza funcionando.
«Hasta el miércoles, mínimo, toca táper. Luego ya se verá lo que pasa», comentaba Daniel Pazos mientras comía en un banco. Eso sí, lo hacía con unas espectaculares vistas a la playa de Sabón. «Es cierto que en verano es algo que ya hago a veces, aunque los habitual es que coma en una cafetería. Para hoy, al no haber previsión de lluvia y con las restricciones que hay, ya tenía planeado traer el táper». Pazos no cree que mañana acaben las limitaciones en la hostelería y ya piensa en diseñar su menú para todos los días de la semana.
A pocos metros reponía fuerzas Daniel Losada. Él ya es un experto, porque «salgo de trabajar, voy al gimnasio, como de táper y vuelvo al trabajo». Por ello esta situación no le afecta, aunque reconoce que «en mi empresa sí que hubo gente que tuvo que recurrir a esta opción».
El Mesón Suso está prácticamente en la rotonda de acceso al polígono. Allí suele comer Felípez Brey cuando por cuestiones laborales tiene que venir a Arteixo: «Siempre como dentro, menos mal que ayudó el día para hacerlo en la terraza».
Todas las mesas estaban ocupadas, pero como reconocía el propietario del negocio no es rentable: «Voy a aguantar hasta el miércoles, pero si sigue igual seguramente cierro. Tengo cinco empleados y no te obligan a parar, pero es que así no se puede. Vivo mucho de la gente del polígono y esto nos mata».
En los restaurantes sí que había gente comiendo en el interior, ya que pueden servir a mesas con hasta cinco personas. Raúl Gutiérrez comentaba mientras atendía la parrilla del Gardel que «hay menos gente. El fin de semana fue un desastre. Ayer —haciendo referencia al domingo— tenía en una mesa cinco personas y un carrito con un bebé y, ¿cómo actuamos ante ese caso? Deberían dejar las cosas más claras».
Un parque empresarial que genera más de 7.000 empleos directos
La gerente de la Asociación de Empresarios del Polígono de Sabón, Marta Marzoa, explica que en el parque empresarial de Arteixo trabajan «sobre 7.500 empleados de forma directa y, en condiciones normales, otras 1.500 personas acuden a diario por motivos laborales».
Apunta que aunque estas restricciones no afectan directamente a las firmas instaladas en Sabón, sí que tienen consecuencias para los trabajadores y «perjudica mucho a la hostelería».