Un incendio en Arteixo mantuvo en vilo a varios vecinos del lugar de Rañobre

Varias viviendas de Rañobre, una aldea de Arteixo junto el polígono de Sabón, se vieron amenazadas por las llamas en un incendio que se declaró este lunes pasadas las seis de la tarde. El equipo de emergencias valoró que la cosa pintaba «muy mal» cuando llegaron al lugar de actuación: por un lado, el fuerte viento que azotó el litoral durante toda la tarde extendía las llamas hacia la ladera, devorando matorrales y luego árboles. Y por otro, las líneas de alta tensión que cruzaban el escenario impedían una actuación más eficaz a los hidroaviones y a los helicópteros.

Varios vecinos de Suevos, Rañobre y Oseiro vieron varios focos a la vez, lo que también extendió la tesis de una mano malintencionada que repetía su acción pirómana cada pocos metros. Pero los que trabajaron sobre el terreno, sin descartar ninguna teoría, achacaron la presencia de varias llamas a la fuerza del viento, que expandió el incendio a gran velocidad.

El punto más peligroso se vivió en Rañobre, junto a las casas, donde los brigadistas impidieron que las llamas cruzasen la última línea de asfalto hacia las viviendas. Algunas vecinas no pudieron contener las lágrimas, y se vivieron momentos de tensión. Pero una vez controlada esta parte, el resto fue reducir el perímetro poco a poco con el avance de los brigadistas y las descargas constantes de agua desde los helicópteros que, según los vecinos de Suevos, «están pasando cada tres minutos».

El viento hizo visible el humo en el polígono de Sabón y en buena parte del municipio, así como desde la ciudad de A Coruña, cuyos bomberos también reforzaron el operativo. También se desplazaron medios desde Ordes y Vimianzo, y participó el avión apagafuegos del 43 grupo del Ejército del Aire, que afrontaron así un incendio de «configuración alargada», que acabó quemando cerca de 10 hectáreas.

Arde el polígono de Vío

Apenas unas horas antes se había declarado otro incendio en el polígono de Vío, en la zona urbanizada y llena de maleza. También el viento dificultó las operaciones, en las que intervinieron, entre otros, los bomberos de A Coruña, que se incorporaron después al fuego más peligroso de Arteixo.

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