«Sen tocar un pelo» recorrió los centros cívicos del concello, donde mujeres y hombres debatieron sobre la igualdad
18 feb 2020 . Actualizado a las 21:28 h.«Unhas frases que oímos a miudo. Unhas palabras que fan moito dano». Este es el punto de partida para la reflexión audiovisual que varias mujeres de Arteixo realizaron en un taller de cine. Un documental titulado «Sen tocar un pelo» que recorrió los centros cívicos del municipio durante los últimos tres meses. Las proyecciones iban y van dirigidas a un público adulto y mayor. Pero eran más ellas que ellos los que acudieron y debatían. Porque después del visionado, comenzaba un foro en el que se hablaba de la igualdad, de lo que tuvieron que sufrir muchísimas mujeres y que siguen sufriendo.
En este filme, coordinado por Domingo Díaz, las protagonistas describen y comentan situaciones de desigualdad que la sociedad ya ha normalizado y forman parte de la vida cotidiana.
La organización recae en el Centro de Información as Mulleres (CIM), dirigido por la psicóloga Victoria Rey y el objetivo es el de sensibilizar a la población en su conjunto sobre la violencia machista en la sociedad, en general, y en Arteixo, en particular.
«Igualdade, debate, participación e o emponderamento das mulleres». Ese es el fin del documental, según Victoria Rey. «Trátase de facilitar a participación e o debate en temas de igualdade e promover o empoderamento das mulleres maiores», concluye.
Las mujeres que salen en la película responden a todo tipo de perfiles. Desde jóvenes a mayores, desde arteixanas de toda la vida a las inmigrantes. O incluso aquellas que fueron emigrantes y han vuelto. Todas cuentan sus experiencias o aquellas que vivieron de cerca o escucharon. Y todas son historias horribles. Que parecen de otros tiempos, pero que todavía no han sido cortadas de raíz.
Educación
Hay algunas frases que congelan el alma. Como la de que «se supone que estás casada para aguantarlo todo». También algunas invitan al optimismo, que representan la muerte del machismo en casa por parte de alguna de las protagonistas. Como esa que recuerda que «educó» al marido poco a poco. Que un día salió con las amigas hasta la una de la madrugada y él estuvo ocho días sin hablarle. Con el tiempo, que saliera e hiciese su vida ya era normal. O esa que le dijo: «¿Tu qué te crees?, que voy a hacer lo que tu me digas». Un documental que no solo retrata el sufrimiento, también invita al optimismo.