«Siempre que llega un gasero y hay nordés, nos llaman desde Oleiros por olor a gas»

Toni Silva ARTEIXO / LA VOZ

ARTEIXO

CESAR QUIAN

Un tercio de las intervenciones de los bomberos de Arteixo y Betanzos son falsas alarmas o salidas anuladas

11 nov 2019 . Actualizado a las 22:33 h.

De cada tres veces que los bomberos salen del parque bombeando adrenalina y con las sirenas a todo trapo, en una de ellas nunca llegan a intervenir. O bien dan la vuelta a medio camino o regresan después de comprobar que el aviso al 112 obedece a un malentendido. Son las falsas alarmas y salidas anuladas, una situación a la que no pueden renunciar pese a que la intuición y los años de experiencia les digan que la salida va a ser en balde.

Dentro de estos episodios hay un podio muy claro para los bomberos de la comarca, los que trabajan en los parques de Arteixo y Betanzos. «La salida más común es porque alguien ve un coche echando humo», explica José Manuel Pérez Abrodos, jefe del parque brigantino. En la mayoría de los casos tienen un manguito roto o una avería menor, «pero la gente llama alertada». Otro caso habitual es ver un coche volcado. «Dan el aviso pero muchas veces no saben si el coche tiene ocupantes o no, la urgencia no es la misma», añade Pérez Abrodos. Y entonces al llegar, dan la vuelta al ver a los ocupantes con los chalecos amarillos y esperando a la grúa.

«Y las quemas,... Buf». Para el jefe del parque de Betanzos las quemas son otro foco de falsas alarmas «a las que siempre tienes que acudir porque si no estarías incurriendo en omisión de socorro». Es siempre por un error de perspectiva: un vecino realiza una quema, un conductor pasa ante la casa y ve salir humo por detrás. «Y los bomberos salen pitando». A veces esta falsa alarma permite descubrir que el autor de la quema no tiene el permiso reglamentario. «Entonces damos parte a los forestales y las multas que imponen no son una broma», añade el responsable de Betanzos. Este parque cubre casi el doble de superficie que el parque de Arteixo (767 kilómetros cuadrados por los 432 de la base de Sabón), pero la mitad de población (70.000 por 130.000), debido al perfil rural de la mayoría de municipios que cubre. En lo que va de año, en Betanzos han salido 369 veces de las que 99 no hicieron falta.

Las salidas anuladas son esas en las que el incidente ya se ha resuelto cuando los bomberos llegan al destino, «bien por la intervención de otros equipos de seguridad como Policía Local o Protección Civil, o incluso un vecino». «Te avisan de que una gran rama corta una carretera y cuando has llegado, ves a hombre con una motosierra que ha hecho el trabajo. Salida anulada», explica Pérez Abrodos.

Alejandro García lleva quince años al frente del parque de bomberos de Arteixo, que el 1 de enero, como todos los de la provincia, dejará de ser de gestión privada. En lo que va de 2019, de las 329 intervenciones (hasta el 31 de octubre), 113 han sido falsas alarmas o salidas anuladas. Aquí también hay quemas que alteran la paz del día, coches que humean que obligan a salir, pero Alejandro sonríe cuando suelta la siguiente frase: «Cuando entra un gasero en A Coruña y hay nordés ya sabemos que vamos a recibir muchas llamadas de Oleiros diciendo que huele a gas».

-¿Y qué hacéis si sabéis que es por el gasero?

-Hay que ir, hay que ir siempre. Es nuestra obligación. ¿Y si un día coincide con una fuga de verdad?

Los concellos que abarca Arteixo tienen más población y núcleos urbanos, por eso las quemas generan alerta pero con otro elemento curioso. «Los reflejos en los cristales», dice Alejandro García. «Alguien hace un fuego, perfectamente legal y controlado, pero se refleja en una ventana… lo primero que hacen es avisar al 112», señala mientras se encoge de hombros. José Manuel Pérez Abrodos recuerda un caso similar. «Una señora nos llamó de Cesuras porque le ardía la casa. Cuando llegamos, ella estaba asustada y nos señalaba las llamas del pasillo. Nos dimos cuenta de que no se encontraba muy bien: las lámparas eran naranjas y proyectaban una luz similar al fuego».

Parque de Arteixo:

Atienden a cuatro municipios del área más poblados: Arteixo, Cambre, Culleredo, Oleiros, además de Carral. En total, 130.00 habitantes y 432 kilómetros cuadrados.

Parque de Betanzos:

Cubren Abegondo, Aranga, Bergondo, Betanzos, Oza-Cesuras, Coirós, Curtis, Irixoa, Miño, Paderne, Sada y Vilarmaior. Población: 70.000 habitantes y 767 kilómetros cuadrados.