Un grupo de 46 costureras, «atrapadas» a la espera de un ERE

caterina devesa ARTEIXO / LA VOZ

ARTEIXO

ANGEL MANSO

El administrador concursal no ha presentado el expediente del taller Marisa Arteixo SL y la operación está bloqueada

23 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ángeles, Mari Carmen, María, Mónica e Isabel son solo algunos de los nombres del grupo de 46 trabajadoras de Arteixo que permanecen a la espera de que el administrador concursal presenté el ERE de la empresa en el juzgado. «Estamos atrapadas porque no podemos abandonar el puesto de trabajo, ya que perderíamos el derecho a indemnización, pero no tenemos nada que hacer aquí», dicen María Suárez e Isabel Vázquez.

El calvario de las empleadas del taller Marisa Arteixo S. L. comenzó el pasado mes de marzo cuando su jefa les comunicó que iba a entrar en concurso de acreedores. «Nos dijo que el taller tenía pérdidas, pero que su intención era sacarlo adelante. Sin embargo, luego nos enteramos de que el expediente de regulación de empleo era de extinción para cerrar la empresa», indican. A partir de ahí la situación empeoró. «Desde marzo nos dimos cuenta de que la carga de trabajo cada vez era menor, entonces ya sospechamos que la intención era cerrar», manifiestan.

Fue en julio cuando la situación se hizo insostenible para las costureras. «Ese mes nos dijeron que no íbamos a cobrar a pesar de que sí hubo trabajo en el taller», comentan. Finalmente, lograron ingresar el importe correspondiente a la mensualidad. «Por mediación de la abogada, la empresa que encargó al taller la confección de las prendas se encargó de pagarnos, a pesar de que ya habían abonado al taller el dinero correspondiente por ese trabajo». Ese dinero sería el último que cobrarían, ya que el correspondiente al mes de agosto no les ha sido abonado. «En agosto ya no tuvimos nada de trabajo porque la empresa rechazó los encargos, estuvimos 15 días de vacaciones y a la vuelta todo seguía todo parado».

Las costureras se desplazan a diario hasta el bajo comercial de la calle Ángel del Castillo López para pasar ocho horas «jugando a las cartas o haciendo arreglos para nosotras, porque no hay nada que hacer». Además ir a no trabajar les supone un gasto. «Algunas vienen desde Carballo o desde A Coruña. También tenemos que comprar nosotras el papel higiénico porque aquí no hay nada. Psicológicamente es una situación muy dura porque llevamos meses sin saber qué va a ser de nosotras», lamentan. 

Toda una vida en el taller

Algunas llevan toda la vida trabajando en el taller. «Las hay que llevamos 26 años trabajando nueve horas diarias y con solo 15 días de vacaciones al año y ahora nos dejan de malas a nosotras y algunos comentan que el taller cierra porque exigimos mejores condiciones y un mes de vacaciones», manifiestan. Asimismo, temen que esos comentarios les puedan perjudicar a la hora de buscar un nuevo empleo. 

Providencia judicial

Para regular su situación las trabajadoras contrataron a la abogada Irene Bonet, que explica que «no sabemos el motivo, pero el administrador concursal no ha presentado el ERE en el juzgado bloqueando la operación». Ahora la letrada espera que con la providencia del juez Zigor Oyarbide de la Torre se logre realizar la extinción de los contratos. «Así podrán apuntarse al paro y buscar otro trabajo», dice. El magistrado otorga un plazo de diez días al administrador concursal para presentar la documentación oportuna.