Sustento para 18.000 personas

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

CESAR QUIAN

El banco de alimentos tuvo que pedir otra nave para ordenar las donaciones de la gran recogida, de unos 410.000 kilos

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Navidad». «Caduca en febrero». «604 kilos». Son algunos de los carteles que pueden leerse en las numerosas cajas que abarrotan la nave del Banco de Alimentos Rías Altas en Meicende. Alrededor de las diez de la mañana, un grupo de voluntarios se afana en desembalar los miles de kilos donados en la gran recogida (calculan que unos 410.000) que llevaron a cabo los días 1 y 2 de diciembre. «Todo esto hay que desempaquetarlo, clasificarlo y volver a empaquetarlo para luego distribuirlo», explica el presidente de la entidad, Juan Mateos, mostrando el almacén lleno.

Mientras los paquetes de legumbres van subiendo en una de las cajas, las botellas de aceite lo hacen en otras, y los packs de leche van siendo clasificados por unos voluntarios que en la mayor parte de los casos están jubilados y dedican unas horas a esta labor asistencial.

Algunos productos que valoran especialmente en el banco son las conservas y los precocinados, porque a la hora de distribuirlos a personas necesitadas, a estas «les supone también un ahorro energético», explica el presidente. «Lo de Navidad está aquí porque hay que mandarlo cuanto antes, a ver si por lo menos les llega para Reyes», señala uno de los voluntarios. A otro apartado van los pañales y productos infantiles «para las entidades que atienden a niños». El año pasado fueron 173 organizaciones de toda la provincia coruñesa las que recibieron alimentos del banco, beneficiándose de ello más de 18.000 personas.

Los alimentos han ido llegando desde los 160 supermercados de la provincia de A Coruña en los que se llevó a cabo dicha recogida. «Este año hubo suerte porque los donantes ya habían cobrado y eso siempre se nota», apunta Mateos. Se ha notado tanto, que esta semana los responsables del banco de alimentos han tenido que pedir prestada otra nave, «porque nos llegó un tráiler con 32 palés y no teníamos sitio para él; nos la ceden durante dos meses», explica. Dicho camión procedía del Fondo Gallego de Garantía Agraria.

«Ahora estoy aquí de frutero... Esto es como hacer deporte»

Antonio López Sors, «sí, de una familia coruñesa de toda la vida», es uno de los voluntarios que acude a diario al almacén del banco de alimentos. Se afana, con la ayuda de José, que levanta los palés con una carretilla elevadora, en ordenar el montón de cajas de fruta que se apilan en la entrada de la nave: «Estoy aquí de frutero... [bromea]. Esto es como hacer deporte». Y en su caso, asegura, esta actividad le evita tener que tomar mediación para la enfermedad que sufre.

La entidad cuenta durante el año con unos 30 voluntarios habituales, pero esta temporada se suman algunos más para ayudar a clasificar toda la mercancía. Los responsables del banco reiteran una y otra vez el agradecimiento a esta labor, lo mismo que a la de los donantes.