«Me salió peor de lo que esperaba»

ARTEIXO

Zelia Zambrano

Con 15 años, el joven arteixán dedica hasta seis horas diarias a mejorar su técnica y prevé ir al concurso Chopin de Varsovia

26 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A Miguel Iglesias Lista (Arteixo, 2002) le pudieron más los nervios después de saberse ganador del prestigioso Concurso Internacional de Piano de Ibiza que antes de subirse al escenario. Es más, no se imaginó en ningún momento regresar a su casa con el trofeo después de concluir los 35 minutos de repertorio ante el jurado, en los que interpretó obras de Bach, Beethoven y Granados. «Bajé muy disgustado porque salió peor de lo que yo esperaba», dice.

Entonces, ¿cuándo se dio cuenta que podía ganar? «Cuando faltaban por decir los tres primeros», explica. Había 14 compitiendo en la sección de menos de 17 años.

Ganar el trofeo de Ibiza no es tarea fácil. Desde el año 2000, únicamente otro español, el zaragozano Noel Redolar, en el año 2013 -desde el 2001 el certamen es bianual- se había alzado con el prestigioso galardón. Es más, la mayor parte de aspirantes llegan de otros países. «Ya sabía que quería dedicarme exclusivamente al piano, pero ganar me da más ansias todavía», confiesa el joven ante la atenta mirada de su madre, que añade que «le da un empujón muy grande». Pero este no es único trofeo que logró en este 2017 el joven talento. En abril fue el ganador del Concurso Nacional Jacinto Guerrero de Toledo donde hace poco más de un año había quedado en segundo lugar. Además, consiguió una mención de honor en el concurso Ricart Viñes. Era el más joven de todos los participantes de su sección y el jurado le felicitó por su interpretación y le animaron a presentarse al prestigioso concurso Chopin, que se celebra en Varsovia. Y ese es uno de los objetivos a medio plazo de Miguel Iglesias, posiblemente dentro de dos años. Y ya más a corto plazo, el pianista se está preparando para presentarse a Peregrinos Musicales y poder actuar junto a la Filharmonía de Galicia.

Miguel Iglesias nunca tuvo dudas de que lo suyo era el piano desde que a los siete años escuchó a su prima tocarlo. Ahora, no hay día que no le dedique parte de su tiempo. En verano, como mínimo, pasaba cuatro horas a las teclas, pero lo habitual eran seis. Ahora, con el inicio del curso escolar, este tiempo se ve reducido -compagina sus estudios de cuarto de ESO con quinto de grado profesional en el Conservatorio de A Coruña-, pero aún así el tiempo que le dedica a mayores de las clases se cuenta por horas. «Mi sueño es ser concertista», dice. Para ello, estudia en el Conservatorio de A Coruña con la profesora Julia Cristina López Rodríguez, y acude a la academia Berenguela en Santiago para recibir clases de Alexander Gold. En su pasión por el piano, donde sus referentes son Claudio Arrau, Richter, Horowitz o Lissin, solo deja un poco de tiempo para dedicárselo al cine y a la natación.