Tres informes avalan que el Puerto subaste en conjunto la Solana y el hotel Finisterre

Eduardo Eiroa / Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

EDUARDO PÉREZ

María Pita se interesó por la zona deportiva, pero hay una oferta de 10 millones por ambas instalaciones

20 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El 11 de mayo, el consejo de administración de la Autoridad Portuaria paralizó la subasta prevista para vender el hotel Finisterre y la Solana, dos inmuebles de su titularidad que saldrían a la venta por seis millones de euros. Ese día, tras la lectura de la propuesta, el concejal de Urbanismo, Xiao Varela, que también forma parte del consejo, solicitó que se suspendiera la puja, ya que el Ayuntamiento estaba interesado en pagar 1,4 millones solo por la Solana. El hotel se subastaría por separado con un precio de 4,3 millones. Ambos inmuebles habían sido tasados por separado con anterioridad, ya que la operación de venta se inició en octubre del 2015, a instancias de Puertos del Estado y con el objetivo de pagar las obras del puerto exterior de punta Langosteira.

El consejo de administración accedió a la petición de Varela y se dio un plazo de seis meses al consistorio para concretar su oferta. Ese plazo concluirá el día 31 sin que se haya presentado una oferta de compra, solo se ha manifestado la «vontade» municipal de adquirirlo. Por lo tanto, el órgano portuario volverá a reunirse este jueves para retomar la subasta conjunta de ambos bienes.

Desde junio ha habido importantes novedades en la operación. La Autoridad Portuaria recibió en octubre una oferta firme y con avales bancarios de una empresa para hacerse con esos bienes por diez millones de euros. Se trata de la inmobiliaria Río Mero, la misma que tiene en la actualidad la concesión del hotel y la Solana, y que arrienda la gestión de esos establecimientos a la cadena NH y la compañía Metropolitan, respectivamente.

Río Mero había comprado la concesión -en vigor hasta el 2027- de ambas instalaciones a una firma formada por el Popular, la Fundación Barrié y Rodríguez Cebrián. Los compradores desembolsaron en aquella operación 12,5 millones de euros.

Tras recibir la oferta de la concesionaria, el Puerto solicitó informes a Puertos del Estado, Hacienda y la Abogacía del Estado.

Los tres informes del Estado

El primero de ellos afirma que aceptar la propuesta del Ayuntamiento, suponiendo que llegase a estar formalizada, supondría «un perjuicio para el interés general portuario», ya que se adjudicaría por un valor inferior al que garantiza la oferta de diez millones presentada por Río Mero.

El informe de Hacienda coincide con esa línea y señala que resultaría «difícil de justificar» una renuncia a ingresos adicionales dado el marco actual de deuda.

Finalmente, la Abogacía del Estado entiende que la subasta conjunta de ambos bienes es «conforme al interés público», ya que permitirá garantizar una oferta mínima. Además señala, coincidiendo con los otros dos análisis, que renunciar a más ingresos podría ir contra del principio de «buena administración».

La decisión final será del consejo del Puerto, aunque a la vista de los informes todo indica que se apostará por volver a iniciar la puja con el precio de salida de seis millones de euros. Ya estaría garantizada al menos una oferta de 10 millones, aunque la subasta es abierta y podrían presentarse más compañías interesadas.

Escasa aportación al Puerto

El hotel y la Solana no son un gran negocio para el Puerto, que obtiene de ellos 98.000 euros al año, una cantidad que, aunque se ha actualizado, está muy lejos del valor de mercado de esos bienes.

Es decir, la Solana pagaría algo más de 8.000 euros al mes, y el Finisterre no llegaría a 750 euros. Con un contrato en vigor hasta el 2027, no aportan recursos de importancia para aliviar el presupuesto de la Autoridad Portuaria.

De ahí el interés en su venta. En el primer intento se puso en el mercado el paquete completo -28.000 metros cuadrados de superficie-, pero se redactaron tasaciones separadas.

Por eso el gobierno local se interesó solo por el complejo deportivo, no por el hotel. Además, le salía más barato, pues el precio de salida era de 1,4 millones.

Se consultó a la Abogacía del Estado si era legal separar ambos bienes y la respuesta fue afirmativa. Con todo, el mismo organismo considera ahora que retomar la subasta del todo es positivo para el interés público, pues con la oferta presentada los ingresos serán siete veces mayores a los que se obtendrían vendiendo solo la parte que quiere María Pita.

En caso de separación, por otra parte, el Finisterre perdería el valor que le aporta disponer de un complejo deportivo al lado y al servicio de sus clientes. El procedimiento de venta está todavía sin fecha, pero seguramente la puja se convoque durante el primer trimestre del año próximo.