Aprender a integrar en el cole mediante el lenguaje de los signos

Susana Acosta
S. Acosta ARTEIXO / LA VOZ

ARTEIXO

Centros educativos de Arteixo reciben talleres sobre los problemas de comunicación de las personas sordas

27 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Emma Blanco Díaz lleva varios días recorriendo los colegios de Arteixo. Se trata de una iniciativa de la Federación Gallega de Asociaciones de Personas Sordas, en colaboración con el Concello. Su mensaje es alto y claro, pero a través de sus manos intenta hacer reflexionar a los alumnos de este municipio sobre todos los problemas que tienen que superar a diario las personas con discapacidad auditiva. En eso consistió una de sus últimas clases.

Emma llegó al aula de segundo curso de educación primara del CEIP Ponte dos Brozos y comenzó a describir situaciones cotidianas. ¿Cómo unos padres sordos pueden saber que su bebé está llorando? Las respuestas fueron de lo más variopintas, como no podía ser de otro modo. Breo, uno de los alumnos, propuso conectar una cámara al televisor para que cuando llorase se encendiera un piloto rojo en el electrodoméstico. No iba muy desencaminado porque Emma le explicó que existía un aparato capaz de recoger la voz del bebé y transformar ese sonido en luz.

Captar la atención de los niños

Fue así como esta improvisada profesora logró captar la atención de los 23 menores, de entre 6 y 7 años, que la atendían sin pestañear. Poco a poco se fueron metiendo en el papel y casi sin darse cuenta ya sabían decir hola, adiós, amigo, casa, colegio, jugar, saber, leer o estudiar, en lenguaje de signos.

La sorpresa del día se la había guardado la profesora, cuando al final de la clase se despidió de Emma utilizando el lenguaje de signos: «E que fun tradutora», comentó tímidamente.

Al salir del aula, Emma Blanco explicó que los nuevos avances tecnológicos permiten a las personas con discapacidad auditiva tener muchas más facilidades a la hora de comunicarse. También destacó que las subvenciones ahora son mucho mayores: «Antes no había ayudas para comprar audífonos», comenta.

Como alumna, Emma estudió en un colegio específico para personas sordas en A Coruña, por lo que nunca tuvo problemas de integración en ese centro. Posteriormente hizo una FP de delineación en un instituto y fue entonces cuando comenzó a percibir las barreras comunicativas con los docentes y los alumnos: «No había profesores que conocieran el lenguaje de signos y me costó bastante», explicó esta mujer, que quiso mostrarle a estos niños arteixáns que las personas sordas «son iguales que las demás, pero con dificultades de comunicación».