Playas que desaparecen en invierno

Antía Urgorri / José Alonso REDACCIÓN | LA VOZ

ARTEIXO

Playa de Valcobo
Playa de Valcobo César Quian

Los temporales en el mar retiran grandes cantidades de arena de la costa hasta el punto de que Arealonga, en A Mariña lucense, se ha esfumado por completo

16 mar 2015 . Actualizado a las 10:53 h.

La arena que cubre las playas en verano no siempre permanece en el mismo sitio en invierno. Los temporales en el mar producen una erosión de la costa que hace que algunas playas desaparezcan literalmente durante los meses de invierno o incluso más tiempo. Es lo que le ha pasado a Arealonga, en Barreiros, con una extensión de 1,3 kilómetros en A Mariña lucense, que se ha convertido en un pedregal. El Concello teme que no llegue a recuperar toda la arena pero el Ministerio de Medio Ambiente, por medio de Costas, opta por una regeneración natural. Es decir, que el mismo oleaje que se llevó ese material lo deposite de nuevo en el mismo sitio.

Aunque menos duro que el pasado invierno, en el que se contabilizaron hasta diez alertas de nivel rojo por mar de fondo y se alcanzó en Galicia el récord de la ola más alta de España, varios han sido los temporales marítimos que han sacudido la costa gallega en los últimos meses. En Valcobo, Arteixo, aunque en menor cantidad que hace un año, la playa ha vuelto a perder arena y a lucir un firme a base de piedras. La Demarcación de Costas ya ha anunciado que tendrá que realizar una aportación de áridos para recuperar el enclave, que sufre cada año una fuerte erosión. En el 2014 incluso hubo que proceder a la construcción de una nueva escollera en el límite que divide el monte y el arenal para evitar precisamente que se produjera un derrumbe en la colina que da amparo a la playa.

El oleaje también ha dejado las rocas al descubierto en la de Areas, en Sanxenxo. Las mareas vivas de este mes hicieron que las olas llegasen hasta la cabecera de un riachuelo. El rápido aporte de un caudal de agua tan grande causó la desviación del cauce, que acabó arrastrando muchas toneladas de arena. El Ayuntamiento ha tenido que pedir permiso a Costas para redistribuirla en Areas, así como también en Silgar y Baltar.

La erosión es habitual cada invierno en Arnela y Xuño, en Porto do Son. Explican miembros de Protección Civil de esa localidad que «hasta este mes estuvieron con la roca al aire, aunque ahora han empezado a recuperar la arena». Es una dinámica normal en esta zona de costa, «solo un año tuvo que intervenir el Concello porque llegó el verano y no se había depositado apenas arena». Pero lo habitual es que estas playas se recuperen solas para la temporada de baño.

Regeneración natural

Buena prueba de que la regeneración de la costa afectada por los temporales se realiza de forma natural, sin necesidad, en la mayoría de los casos, de la intervención humana, es que muchas de las playas que hace un año se quedaron sin arena y con la base de piedra al aire, hoy en día tienen de nuevo su aspecto habitual. Es el caso de varias calas de la Costa da Morte.

En otras, la recuperación completa no ha sido posible porque están a la espera de intervenciones de Costas, pendientes desde el 2014. Una parte de la playa de Paxariñas, en Sanxenxo, que cuenta con bandera azul, sigue vallada por temor a que se desplome un acantilado.

Con información de Ana Cuba, Susana Acosta, Marcos Gago y Ana Gerpe.

«Levo toda a vida aquí e nunca vin algo semellante»

PEPA LOSADA

«Imos mollar os pes». Desde 1999, cuando recalaron en Barreiros, siempre que pueden -casi a diario-, Julio y Concha cumplen con el ritual de descalzarse, cruzar la playa de Arealonga y mojar los pies en el Cantábrico. «Non hai médico mellor», dice Concha. Desde hace una semanas repiten el trayecto, pero serpenteando entre miles de guijarros y cantos rodados, los que ha descubierto el mar con los últimos temporales. Arealonga está irreconocible. Muy poco queda de la playa que fue estandarte de Barreiros, donde ondeaba la bandera azul y donde cada mes de julio, el día de Santiago, se modelaban en su arena centenares de figuras en el certamen internacional de castillos. «Está todo perdido», sentencia Concha. Su marido la corrige: «Que lle deixen facer ao mar, que igual que leva, tamén trae».

Por el paseo marítimo avanza distraído otro matrimonio, vecinos de Lugo que frecuentan Barreiros. Manuel Castro, apunta: «De dous anos para acó é moito... algo debe estar pasando». «Se queren manter á xente algo terán que facer», añade su esposa, Pilar. Javier Díaz, operario municipal y jefe de los socorristas de Barreiros, se encoge de hombros: «Contra a natureza non se pode... algo de area xa meteu o mar, pero hai que esperar». Su sentencia es clara: «Non creo que se recupere».

Mari Sol Rodríguez, propietaria del restaurante A Yenka, situado a pie de playa, se lamenta: «Levo toda a vida aquí, 45 anos, e nunca vin algo semellante». Y negando con la cabeza concluye: «En decembro, Arealonga estaba preciosa... pero agora xa non se vai rexenerar».