Palilleiro al óleo en Pastoriza

SUSANA ACOSTA. [Paco Rodríguez]

ARTEIXO

Figueroa se ha convertido en un auténtico manitas, tanto hace encaje de bolillos como pinta cuadros

20 ene 2015 . Actualizado a las 13:11 h.

[Susana Acosta] Ramón Figueroa Zas es conocido en Arteixo por ser mecánico de maquinaria pesada pero el trabajo de sus manos esconde más de un secreto para sus vecinos. Y es que también pinta cuadros de parroquias de Arteixo. Las ilustra cómo eran hace más de 50 años. Para ello se basa en fotografías antiguas pero su memoria también le sirve de recordatorio. Pero, sin duda, una de las facetas más sorprendentes de este manitas, en el sentido amplio de la palabra, es que también hace encaje de bolillos.

«Aprendín cunhas compañeiras da asociación Palilleiras e punto de Arteixo. Gustábame e xa fixen un chal, dous abanicos, unha garabata e varias pulseiras e marcapáxinas», enumera este vecino de Pastoriza. Pese a lo que puede parecer una difícil tarea, asegura que es sencillo: «Leva o seu tempo pero é sinxelo. Todo é poñerse e ter un pouco de paciencia», y que a él le debe sobrar.

Y es que Figueroa ha encontrado en el encaje de bolillos, junto con la pintura, una de sus aficiones favoritas: «Aprendín en pouco tempo e as compañeiras aínda me preguntan cómo se fai isto ou aquilo», dice.

Otra de sus grandes pasiones es la pintura. Reconoce que siempre le gustó y que fue un poco autodidacta, aunque desde hace unos quince años decidió acudir a clases de pintura: «Necesita coller un pouco de técnica e ir corrixindo vicios, que tiña moitos», asegura este hombre que reconoce que le queda poco tiempo libre para otros menesteres.

En total, ya ha debido de pintar una veintena de cuadros: «Sempre pinto igrexas e todo o que leve pedra. Algúns cadros quedan na casa e outros regáloos», asegura este vecino que siempre pinta al óleo. Entre sus obras destaca un cuadro que ilustra el Meicende de hace cincuenta años: «Pintei o casco antigo de Meicende, a parte vella, o que era o centro da localidade entón e que se coñece co nome de O Torroal. Tamén pintei algunhas igrexas como a de Pastoriza», explica Figueroa, que asegura que no puede dedicarle a la pintura tanto tiempo como le gustaría: «Intento botar un par de horas á semana pero depende da complexidade do traballo», aclara.

Este vecino de Pastoriza reconoce que le gustaría dedicarle más tiempo a sus dos grandes aficiones