Las aldeas recuperan la normalidad después de varios días aislados «e comendo pan reseso»

La Voz

ARANGA

05 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Mientras unos disfrutaban de la nieve, los residentes de las áreas más altas de la provincia comenzaban a recuperar la vida normal después de la oleada de frío de esta semana. Los caminos más estrechos se hacían transitables y algunas casas salían de su aislamiento. Así ocurría en Aldea de Arriba, perteneciente a la parroquia de Fervenzas en el municipio de Aranga. Allí se afanaba uno de sus escasos habitantes, Valentín Fidalgo, quien apuraba a cargar de leña el interior de la casa ante las previsiones de mal tiempo para las próximas horas. «Xa estamos acostumados pero nunca é agradable quedar incomunicado», señalaba este vecino dedicado «aos labores do campo». Durante más de 24 horas nadie pudo acceder a este rincón que se encuentra a tan solo tres kilómetros de la A-6, en Montesalgueiro. «Por aquí non puido entrar o pescadeiro nin o panadeiro, tivemos que roer o pan reseso», señala Valentín, quien apunta que las consecuencias de las nevadas podrían haber sido mucho peores.

Sin médico

«Se tiveramos que ir a un médico ou a un hospital por unha urxencia sería imposible, afortunadamente por aquí non houbo necesidade», indica. «A aldea é así, moi bonita no verán, pero no inverno poucos a queren», añade mientras explica que la verdura que asoma entre el blanco de su finca «estaba totalmente tapada estes días». El hijo de Valentín, que trabaja en la construcción en Santiago, avisó durante dos días a su empresa por la imposibilidad de acudir por el estado de las carreteras. Pese a todo, el vecino de Aldea de Arriba recuerda que hubo años mucho peores. «Lembro invernos en que chegaba ate aquí», dice Valentín mientras se coloca las manos a la altura del pecho. Regresa al interior de su casa pero caminando muy despacio. «Hai placas de xeo e aínda se resbala».