Un rayo deja en el aire el campanario de la iglesia de San Martiño de Orto, en Abegondo

D. Vázquez / T. Rivas A CORUÑA

ABEGONDO

Algunas piedras aparecieron a 20 metros de distancia. «Parece un Lego en el que, si tocas una pieza, cae todo», señala el diácono, Rafael Casás

15 jul 2022 . Actualizado a las 12:33 h.

Uno de los más de 6.000 rayos que este jueves cayeron sobre Galicia tocó tierra en Abegondo y se llevó por delante parte del campanario de la iglesia de San Martiño de Orto. El impacto fue tal que algunas de las piedras que conformaban la estructura del templo de 1617 aparecieron a más de 20 metros de distancia, en una finca colindante. Esta mañana no quedaba ni rastro de la cruz que coronaba el campanario ni tampoco del pararrayos que debía protegerlo. Las piedras se habían movido tanto de su sitio que el hecho de que la torre continúe todavía en pie bien puede atribuirse a obra divina. 

Por precaución y teniendo en cuenta las leyes de la física, la Guardia Civil y los Bomberos de Betanzos acordonaron la zona desde primera hora de este viernes, ya que cualquier mínimo desencadenante podría provocar una reacción en cadena que acabase destruyendo por completo el campanario. Si bien en un principio solo estaba prohibido el acceso a la zona más próxima a la fachada principal del templo, el cierre perimetral se extendió al total del recinto a la espera de que los técnicos de Patrimonio establezcan los detalles de la actuación a realizar.

«Va a haber que derribarlo. La cúspide está completamente rota y da la impresión de que se puede caer de un momento a otro», comentaba el alcalde de la localidad, José Antonio Santiso, con cierta resignación en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz. El diácono Rafael Casás se mostró algo más cauto y esperanzado: «Va a haber que desmontar las piezas e intentar salvar las que se puedan. Pero está prácticamente en el aire, unas sujetan a otras no sé ni cómo desde la base hasta la cima. Parece un Lego en el que si tocas una pieza, cae todo». 

Daños en el interior

Las piedras dañaron parte de la cubierta de la iglesia, pero también hubo destrozos en el interior. La instalación eléctrica se quemó por completo, aunque por fortuna, y a pesar de la madera que hay tanto en el altar como en la zona destinada para el coro, no se produjo ningún fuego. «Non prendeu lume de milagro», explicaba Alejandro Manteiga, responsable de Obras del municipio mientras hacía un repaso a los daños visibles en la iglesia. 

Partes de las paredes blancas esta mañana eran de color negro. El carbonizado más intenso está localizado en la pared en la que se ubicaba el pararrayos. El rayó entro por allí y recorrió toda la instalación eléctrica. «Incluso saltou parte do recebo da parede», aseguró Manteiga, que recibió el aviso del 112 a las 8 de la mañana. «Se salvaron las imágenes y saqué el santísimo, que es lo importante», añadió el diácono.

Este fin de semana estaba previsto que la iglesia de San Martiño de Orto acogiese los festejos de Santa Margarita, pero el diácono se ha visto obligado a trasladarlos a otra capilla del municipio porque «la iglesia parroquial está impracticable».  

Susto entre los vecinos

El impacto del rayo no pasó desapercibido entre los vecinos, que salieron a las puertas de sus casas sobre las 23.00 horas para intentar saber qué había pasado. «Estaba fregando os platos e pensei que era unha bomba. Foi un estruendo infernal», comentó Mina, que tiene su casa prácticamente al lado de la iglesia, en Radio Voz. Pablo Rivas, otro vecino, notó los efectos en su propio cuerpo: «Sentín un calambrazo nas mans. Meu pai entrou a todo correr para apagar todo. Por suerte estamos ben, pero o chascarrazo, levámolo». A esa hora eran conscientes de que un rayo había caído cerca, pero no tanto como para hacer saltar parte del campanario.