Descubriendo la iglesia de Santa Dorotea, en Abegondo, antes de llegar al embalse de Beche

CRISTÓBAL RAMÍREZ

ABEGONDO

cristóbal ramírez

El templo es un buen ejemplar del barroco rural gallego, construido en un momento de crecimiento de la producción agrícola y de la población

12 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde la iglesia de San Salvador de Cerneda, que está pegada a un castro que empezó a ser excavado el verano pasado buscando tener algo más que ofrecer a los visitantes, la carretera sigue con más rectas que curvas, cosa rara. Suave ascenso por esas tierras de Abegondo pobladas de eucaliptos, pero también con ausencia de feísmo, sin destrozos en el medio, de tal manera que el paisaje resulta agradable. Las viviendas unifamiliares las hay para todos los gustos, pero ninguna agrede visualmente. Una retaguardia del golfo Ártabro recorrida por peregrinos desde el siglo XI y mal comunicada históricamente, pero de una gran fertilidad. Buenas tierras, en suma.

Pero en fin, 1.300 metros después del templo se pasa por debajo de la autopista AP-9 y otros 700 más adelante se obvia el desvío que a la derecha invita a ir a Montouto. Y así se entra en Folgoso, kilómetro 2,5, para en el 3,2 apartarse, ahora sí, a la diestra, pasar por debajo de la autopista de nuevo, ascender una rampa y encontrarse en la iglesia de Santa Dorotea, con su campo de juegos delante y un buen cruceiro en la parte de atrás.

Es el templo un buen ejemplar del barroco rural gallego, construido en un momento de crecimiento de la producción agrícola y de la población (siglo XVIII). Presenta una sola nave de planta rectangular a la que hay que añadir la sacristía, un precioso soportal exterior y una pieza que se le añadió con posteridad.

No va asombrar por la decoración, desde luego, pero sí por sus finas y elegantes líneas, y es que ante la ausencia de dinero o de capacidad artística se recurrió al equilibrio en el diseño, un juego geométrico de rectas y curvas. El campanario muestra dos vanos ocupados por otras tantas campanas, y acaba en un alto pináculo rematado por una cruz. Y todo el edificio se halla en impecable estado, tanto que al circular desde la autopista siempre llama la atención.

De vuelta a la pista principal, hay que continuar subiendo muy gradualmente, algo que también hacen los peregrinos que siguen el Camino Inglés un poco más a la izquierda pero que nunca se verán aunque sumen legión, puesto que transitan por el medio de un bosque.

Pero tanto ellos como el excursionista van a coincidir, puesto que un poco más adelante se van a encontrar en el pequeño embalse de Beche, preparado con mesas y sillas, y además con un sendero que lo circunvala y que permite dar un grato paseo.

EL COMIENZO

  • 43O12'43N 8O16'48W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

  • En el soportal de la iglesia.

EL DESAFÍO

  • Hacer el recorrido en bicicleta.

LOS NIÑOS

  • El entorno del embalse de Beche es idóneo para ellos.