Dieciocho espacios para los «birders» en la comarca

Dolores Vázquez ABEGONDO / LA VOZ

ABEGONDO

MARTINA MISER

La Reserva de Biosfera divulga, de la mano del ornitólogo Antonio Sandoval Rey, el potencial del área coruñesa para el avistamiento de aves

12 oct 2020 . Actualizado a las 12:19 h.

La ornitología es un potencial desaprovechado en el área coruñesa, una asignatura pendiente que la Reserva da Biosfera pretende abordar para que el territorio aproveche una oportunidad económica y de divulgación de la profusión de aves que aquí se pueden avistar. No es un tema baladí, el escritor, comunicador ambiental y ornitólogo Antonio Sandoval Rey, relató, en una jornada celebrada en Abegondo esta semana, el tirón de este tipo de actividad y puso como ejemplo que solo en EE.UU. los conocidos como birders (observadores de aves) se cifran en 71 millones, que la Royal Society for the Protection of Birds de Gran Bretaña cuenta con 1 millón de socios y la Sociedad Española de Ornitología alcanza los 13.000.

Para atraer a esos aficionados, la Reserva ha preparado una Guía de Turismo Ornitológico, que se prevé presentar el próximo mes, con textos de Sandoval, quien señala dieciocho puntos para esta actividad en la comarca. Sitúa como lugares de mayor interés el río do Carragal (Curtis), la Lagoa de Sobrado dos Monxes, las fervenzas da Reixidoira (Oza-Cesuras), los alrededores de Ponte Aranga (Aranga), el entorno de Ambalasaugas (Coirós-Irixoa), el río Mandeo en Chelo (Coirós), la ciudad de Betanzos, el observatorio de Souto (Paderne), la playa y marismas de Miño, la playa y As Brañas de Sada, el pazo de Mariñán (Bergondo), el entorno del embalse Abegondo-Cecebre (Abegondo, Cambre, Betanzos y Carral), los muíños de Costa da Égoa (Carral), el paseo fluvial del Mero (Cambre), la ría de O Burgo, la costa de Dexo-Serantes (Oleiros), la ciudad de A Coruña, y el embalse de Rexedoiro y costa de Arteixo.

«O potencial é moi grande», reconocía este divulgador aludiendo a la comarca y afirmó que las aves pueden ayudar a generar un destino del que remarcó la seguridad, la gastronomía y el ecoturismo como aliados. Admitió que queda mucho por hacer, como bases de datos que agrupen la oferta de empresas que ofrezcan servicios, y ofreció ideas que pueden resultar atractivas para su éxito como generar paquetes del noroeste ibérico o atraer al público escolar y al de mayores a este tipo de actividad.

ANTONIO SANDOVAL

La colonia de cormorán moñudo más nutrida del litoral continental ibérico se asienta en Dexo

Si bien el destino ornitológico más demandado en Galicia es Estaca de Bares, con gran tirón durante la pandemia por visitantes británicos, Sandoval Rey remarcó que también el territorio de la Reserva está en un enclave privilegiado para el avistamiento de aves marinas y acuáticas. En este sentido, apuntó que la costa de Dexo cuenta con la colonia de cormorán moñudo más nutrida del litoral continental ibérico, la alta diversidad de especies que se pueden observar en la ría de O Burgo o los numerosos avistamientos de rarezas en este área. «Temos moitas oportunidades para atraer a xente», sentenció.

Una semana de observación puede ir desde los 2.000 euros en Doñana a los 3.000 de Mallorca

Sandoval Rey dibujó un perfil del observador de aves, aunque con diferencias entre los españoles y los extranjeros, como gente preferentemente mayor, con un nivel cultural medio-alto, respetuosos con el medio natural y la cultura local. Explicó que alrededor del 65 % reclama una experiencia exclusiva de avistamiento de aves, con una duración media de una semana. Apostilló que es una afición que está de moda, un hecho que vinculó a que cada vez se demanda más contacto con la naturaleza, existe una mayor conciencia ambiental y no requiere de grandes requerimientos técnicos. Además, dijo que son fácil de identificar y se pueden encontrar en variedad de destinos.

Ya en clave económica y para exponer lo que puede llegar a mover este tipo de turistas relató que un viaje organizado de este tipo, durante una semana en Doñana, el principal destino en España, se paga por encima de los 2.000 euros y supera los 3.000 en el caso de Mallorca. «O que se precisan son infraestruturas, empresas de servizos turísticos que coñezan o destino», explicó ante un grupo de emprendedores que operan en la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, reconociendo que habría que generar oferta de transporte y alojamiento para grandes grupos en temporada baja, una cuestión que a día de hoy no está garantizada. Sandoval Rey comentó que hay en otros puntos de la Península donde ya se ha visto ese potencial, citando la transformación de un coto de caza en una zona de avistamiento de aves o el pago de escondites fotográficos en distintos parajes que se abonan entre 150 o 300 euros solo la media jornada.